Se entiende bien la necesidad de vivienda de la gente desplazada por la razón que sea, se entiende la falta de recursos económicos y la búsqueda de bienestar, pero ese lugar no es para subsanar esos problemas. Además, que todo se ha hecho con subterfugios de intereses personales. Como ciudadanos reunidos en asociaciones como Patrimonio Ambiental, Cabildo Verde y Centro de Historia, entre otros. El procurador ambiental del Tolima vino con representantes de CORTOLIMA y se reunieron con el Concejo, el alcalde y los invasores de la Reserva, y en vista de que nada se cumplió, entabló una acción de cumplimiento ante el Juzgado Quinto de Ibagué, pero la realidad es que la invasión sigue no sólo porque se hagan nuevos ranchos [ver Fotografía No. 4], sino porque los invasores de la Reserva han ampliado a su gusto su predio y como solar, jardín o huerta tienen terrenos considerables que forman parte de su hábitat más próximo. Así, la reserva misma se va estrechando y las cercas de las casas se amplían cada vez más”.
FOTOGRAFÍA No. 4-RANCHO RESERVA MARIQUITA
“Casos de quienes llegaron a instalarse allí con el beneplácito de la alcaldía de turno hay muchos, pero ocupémonos de lo que pasó con las gentes que llegaron de la avalancha de Armero en el 85 o más adelante. Es contradictorio, varias gentes llegaron a instalarse allí porque venían migrando de lo que en Armero pasó, pero esa avalancha también le trajo ganancias a Mariquita. Se pudiese decir rápidamente que una cosa compensa la otra, pero no, el hecho primero pudo haberse manejado dándole predios en otra parte a la gente que venía de esa catástrofe, y lo de cómo Mariquita comenzó a ganar protagonismo como municipio después de la avalancha de Armero es un asunto que surgió por las mismas dinámicas sociales y territoriales de los municipios aledaños al derruido Armero. El comercio de Mariquita se vio incrementado, varios bancos sentaron sus sedes aquí y las dinámicas socioeconómicas se notaron considerablemente. Pero son sin duda dos asuntos distintos, aunque surgen de una misma fuente. Ese igual panorama de sustitución de importancia de Armero por Mariquita, le restó importancia también a otros municipios que eran destacados en ese momento como es el caso de Honda”. “Pero esas ganancias de Mariquita se dieron con el tiempo, porque a decir verdad, en el momento mismo de la tragedia de Armero la gente vendía casas que ocupaban manzanas completas, todo el mundo tenía temor. La ciudad de Mariquita quedó desolada. Esos temores eran por supuesto infundados, porque hacia esta parte no podía desbordarse el río Gualí, era geográficamente imposible. Hacia Honda sí, allí, la catástrofe se sintió cerca porque el desbordamiento afectó varios barrios. Ya cuando todo se serenó, hacia 1995, entonces la gente empezó a ver este municipio como una gran posibilidad en tierras, economía, comercio, etc. Las inversiones se vieron no solamente de quien ya no podía invertir en Mariquita, sino de inversores de otras partes como El Líbano y Fresno, que vieron el movimiento de personas, de bienes y servicios en Mariquita y que sabían el futuro promisorio que se avecinaba”.
“Esas más de 640 hectáreas de bosque han sido reducidas a menos y cada vez más porque los correctivos no son contundentes y menos con la puesta de electricidad y de carretera pavimentada que divide en dos la Reserva Forestal José Celestino Mutis”.
“Pero la situación no sólo es dramática por el proceso de migración hacia la Reserva, que hasta hoy llegan desplazados de sitios como el Guaviare, sino también porque las viviendas se construyen con materia prima del mismo bosque, es como una despensa en todo sentido. Al no haber agua corriente, la toman de donde pueden, al no tener alcantarillado todo se vierte a las quebradas, especialmente del Peñol. Lo más grave es que esta quebrada va a ser canalizada. Existe una partida presupuestal de consideración para ello. Esto se denunció ante la Viceministra del Medio Ambiente, que estuvo por aquí y arguyó que el proyecto ya estaba aprobado. La quebrada debe hacer su curso normal, para que se pueda volver a reforestar esa zona. Se estima en tres mil millones de pesos este proyecto, dinero que bien podría servir para reubicar a las familias que viven en la Reserva”. “Esta Reserva, que irónicamente también se llama “el bosque de los votos”, tiene a su interior fronteras que se marcan por lo que se dice y por lo que allí se hace. Los barrios hoy constituidos en su mayoría legalmente, tienen delimitaciones marcadas, aunque cuando uno va allí parece que fuera una casa encima de la otra, que no se distingue bien dónde empieza y termina otra. Quienes allí viven saben bien las marcas no sólo a través de sus nombres: El Peñol, Buenavista, Los Azulitos, San Diego, Villa Jannet, entre otros, sino también porque cada barrio ya cuenta hoy con una Junta de Acción Comunal, están ya bien organizados”.
“Lo que resta como posibilidad de frenar la degradación de la Reserva o lo que queda de ella, es, por una parte, el cumplimiento de los acuerdos de Presidencia de la República con el alcalde y, por la otra, el papel de la academia a través del comodato con la Universidad Nacional, sede Bogotá”. Sobre la primera posibilidad tenemos que el presidente en persona hizo comprometer ante los ciudadanos de Mariquita al alcalde con FINDETER, para comprar un lote de reubicación. Se estima que esta compra se hará en lotes de la vía a Honda, los terrenos son allí amplios en extensión y en posibilidades de desarrollo socio-económico. Sobre el papel de la Universidad Nacional queda la proyección que haga más allá de lo puntual, sobre el hecho de que recibiera este año (2009) en comodato la Casa de Los Pintores en donde se pintaban las acuarelas del proyecto que tenía José Celestino Mutis sobre las especies de distinta naturaleza que se registraban en la Reserva y sus regiones estudiadas. El proyecto contempla hacer investigación y conservación de lo que queda de la Reserva, hacer un aula virtual y el archivo de la Reserva”.
(Voces seleccionadas y editadas en su redacción a partir de entrevistas a: Esther Julia Cárdenas, Hernando Ávila Vanegas, Arnoldo Vásquez T., José Orlando Velásquez y Rodrigo Alfonso Patiño. Trabajo de Campo: Mariquita, julio-agosto 2009).
GENTRIFICACIÓN Y SOSTENIMIENTO SOCIO-TERRITORIAL
“Desde hace menos de una década [fecha referencia 2009] se viene dando en Mariquita un fenómeno muy particular. No sólo es la población desplazada por problemas económicos, de violencia o la que llegó en el 85 por la catástrofe de Armero. También ha venido asentándose una población que se instala por temporadas o que compra tierras a campesinos o lugareños y sustituye tipos de vivienda locales por formas nuevas, cambian formas de vida, generan trabajos (domésticos, de mantenimiento de viviendas, entre otros) y, sobre todo, especulan con el precio de la tierra y de la vivienda, lo que afecta negativamente a los nativos que no cuentan con el mismo capital de inversión. En la ciudad se ve algo que antes no se veía [con relación a 1999]: condominios, conjuntos cerrados que van desde los más o menos normales a los más lujosos; así, las parcelaciones son notables también”. “En una ciudad de una extensión de 291 kilómetros cuadrados y de 32.933 habitantes, podemos hablar de 6 a 8 condominios con aproximadamente 12 a 15 casas cada uno y cada casa con edificación y vivienda por extensiones que van desde los 600 a los 1.500 metros. Estos migrantes de veraneo ?migrantes de confort como a veces se les llama en Mariquita? vienen especialmente de Bogotá”.
“En Honda la situación es similar, pero las inversiones en vivienda son más para restaurar o habilitar. Artistas, periodistas, intelectuales de varias partes del país, especialmente de Bogotá, o extranjeros que gustan del paisaje hondano han comprado bellas y tradicionales casas. En muchos casos las han transformado en verdaderas mansiones donde la infraestructura, tecnología, servicios y bienes están dentro, de tal manera que cuando sus ocupantes están de vacaciones, pocas veces salen a pasear por el pueblo, todo lo tienen en la casa”.
“Estas situaciones de pobladores estacionarios ?en Honda y en Mariquita? traen transformaciones interesantes a nivel social, territorial, económico y hasta cultural, pero ocasionan también una especie de arrinconamiento contemplativo de los nativos que ven cómo ante la imposibilidad de adquirir este tipo de viviendas, que son más suyas que de los foráneos, deben pasar por las calles y contemplar que la casa de éste o aquél, está en manos de alguien que a veces sólo les suena de nombre o de la revista que hojearon rápidamente”. “El cambio en este sentido es marcado, especialmente en Honda. La dinámica propia de Honda, que era el comercio y un movimiento nativo alrededor de la pesca del río Magdalena, se ve hoy en la necesidad de abrir nuevos campos de acción. Bares con nombres como el “Rendez-vous”, hoteles butique con las comodidades de un hotel cinco estrellas, restaurantes al gusto de los foráneos, fiestas que se reviven sobrecargadas de tradiciones para gustar al foráneo y una idea mal concebida de que Honda se está preparando para el turista y de que es un destino turístico como tal, están a la orden del día”.
“La especulación en el precio de bellas casonas es más desbordante, ya los nativos saben cómo manejar esas ventas y van adaptando lo que tienen al gusto del de afuera para vender su bien supuestamente a precio deseable, pero la realidad es que venden y luego no saben para dónde irse y termina todo en nada. Esa sustitución de gentes, formas de vida y del supuesto turismo, ha desbordado a los nativos que se imaginan que las posibilidades de adquisición de capital están en todas partes y por todos los medios comienzan a especular de manera desproporcionada y con todo, desde los precios de una gaseosa hasta los transportes entre, por ejemplo, Bogotá-Honda-Bogotá, como el caso más escandaloso. Por ejemplo, en lo que se llama el tiempo frío, sin turistas, el transporte de Bogotá a Honda cuesta 12 mil pesos (se habla de agosto 2009) y se puede negociar hasta por 10 mil pesos. Pero si es en temporada de puentes o de vacaciones especulan cobrando hasta 50 mil pesos. Y así sucede con muchos bienes y servicios”.
“Todo lo que en su momento ocupaba la ciudad de Honda como corporaciones, bancos, empresas como COLMOTORES, industrias como COLTEJER, FABRICATO, trilladoras de café, en la actualidad no son más que edificaciones, en muchos casos abandonadas, y seguramente pronto serán adquiridas por gentes de afuera que están volviendo élite ciertos sectores de esta ciudad”. “Lo que todo eso ha generado es un cambio de vocación de los hondanos. Unos se vuelven comerciantes al haber perdido sus trabajos en empresas e industrias, otros migran buscando mejores opciones de trabajo hacia ciudades cercanas como Bogotá o La Dorada. Y la diferencia fundamental con los otros municipios vecinos, especialmente con La Dorada y Mariquita, es que en Honda no hay casi zona rural, la vida económica y socialmente se desarrolla en la zona urbana; por tanto, cualquier cambio en la cabecera municipal, incluyendo las riberas de pesca del río Magdalena, implican cambios de fondo.Pero, ¿qué es lo que ha decantado esa migración estacionaria y la inversión de un capital en torno a la vivienda como segunda residencia o de negocios que se relacionan directamente con el consumo de la nueva población? La gente viene buscando esas construcciones del sector histórico, todo el sector colonial que está en distintas partes de la ciudad está poco a poco quedando en manos de personas que de dentro y fuera del país llegan atraídos por construcciones tipo andaluzas. Para muchos ?aunque debería verse con más calma? la denominación de Honda como la Cartagena del interior ha impactado en la decisión de compra de un predio. Por otra parte, no se puede negar que el paisaje que rodea la ciudad con el río Magdalena, el río Gualí, el río Guarinó, las quebradas del Bundi y de la Picota es envidiable, además de los acondicionamientos que trae la misma elitización de varios sectores de la ciudad que cuentan en la actualidad con dos zonas rosas de divertimiento: la Avenida Centenario y la nueva zona rosa de La Soto Camero, que nació cuando el comercio de Honda se acabó físicamente porque se lo llevó el río Gualí en la avalancha de Armero”.
“Una cuestión importante a tener en cuenta es que la compra de predios por gente foránea se ha dado en los sectores y viviendas que hoy están más deprimidos y que en antaño fueron las zonas de “la gente bien”, casas de virreyes, antiguos conventos, zonas de comercio de élite de la colonia. Esa reapropiación tiene la ventaja de que recupera el patrimonio colonial de la ciudad y lo mantiene, como ya anotábamos antes. Ejemplos de ello son La Cuesta del Coco, el barrio Retiro, la Cuesta de los Herreros. Suena paradójico, pero los lugares donde van a vivir ahora familias “muy bien” fueron cantinas de todo tipo, porque unas eran de alto nivel y otras eran de lo más bajo que se pueda pensar”. “Es de anotar, sin embargo, que todo este proceso de rehabilitación de viviendas y de transformación urbana de Honda, no se ha dejado a la deriva. Es decir, visto tal y como se ha descrito, pareciera que estamos dejando todo en manos de los de afuera, pero no es así, estamos organizando foros y debates públicos a través de La Cámara de Comercio de Honda y la Sociedad de Cámaras de Comercio del centro del país, para establecer mecanismos y proyectos de reapropiación de la ciudad en varios temas: concertación entre lo público y lo privado, seguridad ciudadana, crisis de valores y conflictos, entre otros; lo que propusimos básicamente es crear mecanismos para cambiar la actitud de la sociedad local y de la administración pública. Es un proceso que comienza y que pudo en mucho, quizá, estar estimulado por esas evidencias que viene dejando la gente de la “alta” que se está apropiando de distintas maneras de la ciudad de Honda”.
(Voces seleccionadas y editadas a partir de entrevistas a: Manuel Guillermo Suárez, Jaime Hernando Galindo, Jorge Enrique Trujillo, Guillermo Rojas., David Ramón Caldas. Trabajo de Campo: Honda, junio 2009).
ANOTACIONES Y PERSPECTIVAS
Que un fenómeno se produzca en su propio territorio y tenga causas y consecuencias propias del lugar, aunque pueda estar influido por cuestiones externas, produce, sin duda, la posibilidad de prever el cambio; pero que las causas sean localizadas y las consecuencias territorialmente dispersas ocasiona, por el contrario, no sólo una enajenación de lugar, sino también un despaisajeamiento
4 de las consecuencias. Esto último es lo que sucede con fenómenos como la migración y la movilidad de poblaciones, bienes y servicios. Pero, a la vez, la última circunstancia que hemos referido posibilita poner de manifiesto problemas propios del lugar de “llegada del fenómeno”, que de otra manera parecieran totalmente normales, por vivirse cada día con el acostumbramiento propio de lo invivible de ciertos temas de la vida cotidiana. Evidencias las hemos dejado sentadas: una Reserva Forestal como la José Celestino Mutis en Mariquita, que ha venido siendo expropiada desde hace más de 30 años; la usurpación de una herencia próspera a partir del cambio político-administrativo que tuvo Armero-Guayabal al ser cabecera municipal del antiguo Armero; o el caso de una ciudad patrimonio histórico que sólo se volvió vivida cuando comenzó un fuerte proceso de gentrificación
5 , como sucedió en el caso de Honda. Las dinámicas territoriales entendidas como aquellas dinámicas de tipo multi-escalar donde se ponen en juego recursos, actores, proyectos, y perspectivas institucionales, marcan la configuración del territorio y la historicidad de la sociedad donde se producen. Así, las dinámicas territoriales de los municipios estudiados han puesto en evidencia en términos “positivos” y “negativos” una retroalimentación de la región a partir de un fenómeno que, siendo aquél que está de actualidad como la migración y la movilidad, sus causas, consecuencias e implicaciones son bastante originales; lo cual es, sin duda, una invitación a examinar la tendencia a suponer causas en fenómenos extendidos y continuar trabajándolos en direcciones que se van tradicionalizando y que, a menudo, no generan más que la descripción de la descripción: migrantes en Australia, migrantes en España, migración forzosa aquí o allí. Sin desdeñar los esfuerzos intelectuales en la continuación de estos temas, planteamos como perspectiva dos asuntos centrales: de una parte, el estudiar este tipo de fenómenos en lugares de partida y de llegada y, con ello, examinar las implicaciones y las puestas en evidencia en los lugares de llegada o de acogida, de problemas locales que dicho fenómeno ha permitido evidenciar. Y de otra parte, explorar nuevas causas a un fenómeno que ya está cobrando una especie de estructura de larga duración.
BIBLIOGRAFÍA
Cavarero, Adriana. (2009). Horrorismo. Nombrando la violencia contemporánea. Barcelona: Anthropos.
Nates Cruz, Béatriz. (2008). “Procesos de gentrificación en lugares rururbanos: presupuestos conceptuales para su estudio en Colombia”. Revista Virajes, 10. [Universidad de Caldas].
Nates Cruz, Béatriz & Raymond, Stéphanie. (2007). Buscando la naturaleza. Migración y dinámicas rurales contemporáneas (Co-autoría). Barcelona: Anthropos.
Nates Cruz, Béatriz & Uribe, Manuel. (Coord.). (2007). Nuevas migraciones y movilidades…nuevos territorios. Manizales: Editorial Universidad de Caldas.
Malgesini, Graciela & Giménez, Carlos. (2000). Guía de conceptos sobre migraciones, racismo e interculturalidad. Madrid: Editorial Catarata.
VV.VV. Proyecto de Investigación: “Dinámicas Territoriales en el Medio Magdalena (Caldas-Tolima): 1991–2008”. ALMAMATER-Universidad del Tolima, Universidad de Caldas.
Personas entrevistadas en el Trabajo de Campo en Honda, Mariquita y Armero-Guayabal en 2008 y 2009
- Esther Julia Cárdenas- Hernando Ávila Vanegas - Arnoldo Vásquez T. - José Orlando Velásquez - Rodrigo Alfonso Patiño -
Manuel Guillermo Suárez - Jaime Hernando Galindo - Jorge Enrique Trujillo -
Hernando Caldas Navarro -
Tiberio Murcia Godoy - Guillermo Rojas - David Ramón Caldas- Héctor Santos Ríos- Gloria de Jesús Muñoz
Este artículo surge del trabajo desarrollado en el Proyecto: “Dinámicas Territoriales en el Medio Magdalena (Caldas-Tolima): 1985–2008”, financiado por ALMAMATER, la Universidad del Tolima y la Universidad de Caldas entre los años 2008 y 2010. El marco institucional del proyecto lo brindó el Grupo de Investigación Territorialidades de la Universidad de Caldas y el Grupo Estudios Urbanos y Regionales de la Universidad del Tolima.
Grupo de Investigación Territorialidades. Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanas –ICSH, Universidad de Caldas. Correo electrónico:
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El concepto de “horrorismo” ha sido ampliamente trabajado por Adriana Cavarero (2009).
El término “despaisajeamiento” se traduce del francés “dépaysé”, que evoca la figura de quedarse sin paisaje reconocido, de estar sin “mi” paisaje, algo así como un “sin saber dónde”.
Este concepto remite a elitizar un lugar, a transformarlo superponiendo nuevas formas de vida socioeconómicas y culturales sobre las tradicionalmente existentes. Es una reapropiación territorial que implica cambios y expulsiones sociales y físicas de los nativos y sus territorios para ser cambiados por otros que comienzan a existir construyendo sobre lo pre-existente. Para mayor ampliación del concepto, ver: Nates & Raymond (2007) y Nates (2009).
Tomado de: