"Somos el Centro de la Historia de Colombia. Nuestro propósito es el de salvaguardar la historia de nuestro pueblo, como un aporte a la grandeza de nuestra nación colombiana."

lunes, 28 de noviembre de 2011

Invitación a socialización. Proyecto; Pescadores Precolombinos de los raudales del río Magdalena

La Universidad Nacional. Instituto de Ciencias Naturales. COLCIENCIAS
e Institución Educativa Departamental Puerto Bogotá

Invitan

A la socialización del Proyecto; Pescadores Precolombinos de los raudales del río Magdalena.
Presentado por: German Alberto Peña, Rocio Salas, Juan Manuel Llanos y Juan Manuel Díaz. Arqueólogos de la Universidad Nacional.
Día: Miércoles 30 de Noviembre del 2011.
Hora: 4 P.M.
Lugar: Salón Múltiple de la Institución Educativa Departamental Puerto Bogotá.

Conocer nuestro pasado, es prepararnos para el futuro

domingo, 27 de noviembre de 2011

Disertación del Dr. Augusto Trujillo Muñoz en los 150 años de la creación del Tolima en las Instituciones de Puerto Bogotá y Alfonso Palacio Rudas

Disertación en la Institución Educativa Departamental Puerto Bogotá
Presentación del conservatorio de parte del Esp. Jairo Humberto Pinto Peña.
Dr. William Calderon.
Docente Tiberio Murcia Godoy y el Dr. Augusto Trujillo Muñoz.
Exposición del Dr. Manuel Guillermo Suarez Rojas.
Dr. William Calderon Y Augusto Trujillo Muñoz
Docente Tiberio Murcia Godoy, disertando El Tolima, nació en Guaduas.
Dr. Augusto Trujillo Muñoz
Estudiantes escuchando los planteamientos.
Dr. Augusto Trujillo Muñoz, dirigiéndose a los estudiantes de Puerto Bogotá, al lado el Esp. Jairo Humberto Pinto Peña.
Disertación en la Institución Educativa Alfonso Palacio Rudas
Dr. William Calderon, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Honda.
Público asistente.
Dr. Augusto Trujillo Muñoz.
Dr. Augusto Trujillo Muñoz dirigiéndote a los estudiantes de la I.E. Alfonso Palacio Rudas
Mesa principal William Calderonm Silvia, Alfredo Mendoza Bustos y Tiberio Murcia Godoy, presidente Centro de Historia de Honda
Jóven Luis Carlos Arboleda Jimenez.
Fotografías. Esp. Tiberio Murcia Godoy. Viernes 18 de noviemre de 2011

Homenaje a Alfonso López Pumarejo en sus 52 años de fallecimiento

Mesa principal entregando ofrenda floral al Busto de Alfonso López Pumarejo
Busto de Alfonso López Pumarejo
David Ramon Caldas, Carlos A. Perez, Alfonso Plata
Público asistente.
Banda Sinfonica Alfonso López Michelsen de La Dorada Caldas
Fotografías. Esp. Tiberio Murcia Godoy. Domingo 20 de noviembre de 2011

viernes, 25 de noviembre de 2011

El Maestro Alfredo Vanín Romero, experto en Afrocolombianidad diserto en Honda

El Maestro Alfredo Vanín Romeo en la Biblioteca del banco de la República en Honda. Foto Tiberio Murcia Godoy- jueves 24 de noviembre de 2011
Representa una de las generaciones de escritores Afrocolombianos del último cuarto del siglo XX. Nació el 29 de noviembre de 1950, en la ribera del río Saija, población del municipio de Guapi (Cauca). Vive actualmente en Cali, y es miembro Tallerista del proyecto RENATA. Como etnólogo, es considerado por muchos como el más apasionado y comprometido representante de la causa Afrocolombiana del Pacífico, Recibe una Condecoración del Congreso de colombianistas en Popayán. 2002.
Escritor que ha incursionado en la poesía, la narrativa, la crónica y el ensayo, investigador de la realidad social y cultural que rodea a las comunidades del Pacífico colombiano, Profesor y periodista.
Su obra:
· Alegando que Vivo en (poemas, 1967)
· “La vertiente afro-Pacífico de la tradición oral" (Publica su primer trabajo etnográfico con Álvaro Pedrosa, 1986)
· "El príncipe Tulicio" Cinco relatos orales del litoral pacífico (Centro de Publicaciones del Pacífico, Buenaventura, 1986)
· "La magia y leyenda en el chocó" con Nina de Friedemann, (segundo trabajo etnográfico 1995)
· "Relatos de mar y selva" (trabajo etnográfico 1995)
· Cimarrón en la lluvia (Poemas: Cali, 1990)
· Islario (Poemas, Cali, 1998)
· Desarbolados (Poemas, Cali 2004)
· El tapiz de la hidra (relatos, Cali, 2003)
· Otro naufragio para Julio (novela, Cali, 2004)
· Jornadas del tahúr, (poemas, Manizales 2005)
· Historias para reír o sorprenderse (2005)
· Los restos del Vellocino de Oro”, (última novela, 2008)

http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs/index.php?option=com_content&task=view&id=431&Itemid=5
http://cibernautasdescalzos.blogspot.com/2010/04/alfredo-vanin-romero-el-poeta-del-mar.html
Septiembre 2 de 2008, Agosto 6 de 2010 (personaje No. 79)
En la fotografía. Esp. Tiberio Murcia Godoy, presidente Centro de Historia. Maestro Alfredo Vanín Romero, y el Esp. Jairo Huberto Pinto Peña.
Fotografía. Ana Maria Cuartas Peña. Jueves 24 de noviembre de 2011
Texto tomado de:

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La globalización y nuevas generaciones Por Nestor Hernando Parra Escobar

La Sociedad del Conocimiento y la de la Información continúan en poder de quienes, empresas y países, invierten en investigación y disponen de alto talento humano. Es el mundo que Las Nuevas Generaciones, las que comienzan a tomar las riendas del poder y las que vienen detrás, les corresponde enfrentar en medio de turbulencias marcadas por la convulsión, la incertidumbre, las crisis, la confusión. Los textos aquí compilados muestran cómo en este agitado e impredecible siglo XXI en el que la extensión de los veloces avances científicos y tecnológicos han alterado la ecuación espacio tiempo, hacen surgir el de la instantaneidad, al desaparecer las distancias; destruir el empleo, concentrar en muy pocas personas la riqueza universal calculada no en términos de presente, sino del mercado de futuros y donde la economía impera, más que nunca, sobre la política. Es la Era de la Globalización que busca sustituir al Estado Nacional por el nuevo Estado Global que nadie sabe cómo será en cuanto a sus constituyentes ni cuáles serán sus órganos ni como funcionarán. Parecería que el poder político fuera a ser tan invisible como el del mercado y el de la tecnología. La nueva era ha comenzado sin que la humanidad haya logrado mejorar sustancialmente las profundas desigualdades entre los pueblos. El Tolima, Colombia, y América Latina tienen aquí su análisis contundente y razonado, partiendo no de lo ya vivido, hasta el 2010 sino de aquí al 2050.
Por Jorge Eliecer Pardo Rodriguez
Tomado de:

jueves, 10 de noviembre de 2011

Llegan nuevos documentos para conocer más al Tolima

Noviembre 10, 2011 - 09:36

Con la presentación de 15 textos históricos y un trabajo audiovisual esta tarde, a las 6:00, en el centro de convenciones Alfonso López Pumarejo, la Academia de Historia del Tolima continúa la celebración de los 150 años de creación de nuestro Estado Soberano.

Toda una recopilación de ensayos, biografías, reseñas y notas históricas sobre los procesos durante este sesquicentenario, agrupados en el nombre de 'Pensamiento Tolimense', podrán ser conocidos por la comunidad en general, en una actividad desarrollada en conjunto con la Dirección de Cultura departamental.

Trabajos especiales

También será estrenado el documental Evolución Político-administrativa del Tolima, que lideró la Academia de Historia departamental, con filmaciones en Popayán, Cauca; Guaduas, Cundinamarca; el Archivo General de la Nación (AGN) y el Museo Nacional, entre otros sitios.

Al respecto, Álvaro Cuartas Coymat, presidente de esta institución, indicó que “hay unas referencias sobre ancestros, tradiciones musicales, mitología y culinaria, entre muchos otros, enfocado a dar una gran visión de lo que ha sido el Tolima Grande, por etapas, hasta el de hoy”.

De otro lado, también será presentada la tercera edición del Boletín Institucional de la Academia, con ponencias sobre la violencia en el Tolima y las asambleas constituyentes, del foro de integración de las entidades históricas del Tolima y el Huila, efectuado hacia el mes de septiembre.

Incluirá además, el boletín, el informe final de la visita que los funcionarios del AGN Daniel Isaacs y Carlos Gamboa adelantaron al Archivo Histórico de Ibagué, los días 13 y 14 de octubre, con el fin de evaluar su estado actual.

“Convocar este tipo de eventos es complicado”, señaló Cuartas, a la vez que expresó agradecer la asistencia de todas aquellas personas “sensibles a la cultura de la región”, en un evento que tendrá entrada libre.

Otro de los invitados especiales a la presentación de los libros es el escritor tolimense William Ospina, quien dará a conocer la obra “Lento renacimiento de la región”.

LOS TEXTOS

1. Biografía de Andrés López de Galarza, de Álvaro Cuartas Coymat

2. Biografía de Aníbal Galindo, de Alberto Mendoza Morales

3. De la Escuela Republicana a la Escuela del Tolima, de Augusto Trujillo Muñoz

4. Selección de escritos de Manuel Murillo Toro, Néstor Hernando Parra

5. Selección de escritos de José María Samper

6. Selección de escritos de Rafael Rocha Gutiérrez

7. Globalización y nuevas generaciones8. Los Caballos en la historia, de Eduardo Santa

9. La Conquista, empresa de lo imaginario y otros ensayos histográficos, de Jesús Antonio Bejarano

10. Crónicas históricas, de Darío Ortiz Vidales

11. Narrativa e historia en el sesquicentenario, de Carlos Orlando Pardo

12. Ideología y política, de Alexánder Martínez Rivillas, José Arizala y Elías Castro Blanco

13. La violencia en el Tolima, de Gonzalo Sánchez y Jorge Eliécer Pardo

14. Arte y cultura, de Darío Ortiz Robledo, Benhur Sánchez Suárez y Carlos Pardo Viña

15. Heterotipias, de Jairo Rivera Morales

lunes, 7 de noviembre de 2011

Ruta Quetzal, pasara en el 2012 por Guaduas, Honda, Mariquita y Ambalema

Ruta Quetzal, por caminos de la Expedición Botánica
Dar click sobre el documento para leer mejor
Tomado de: El periódico EL NUEVO SIGLO. Bogotá. Año 75. Edición 25.697 de octubre de 2011.Pág. 10B

Del esplendor al ocaso. Historia estancada en el Magdalena: Honda. Por: Alfredo Molano Jimeno / amolano@elespectador.com

Opinión |6 Nov 2011 - 10:00 pm

Don Pablo es un pescador que se para sobre la orilla donde Quebrada Seca desemboca en el Magdalena. Pesca con nailon y anzuelo, como lo hizo su padre y también su abuelo. Como ellos, don Pablo cree en el Mohán, dice que es un hombre peludo que sale y se posa sobre la piedra La Francia, una roca que aparece cuando el río está bajo y la cual, dicen, estuvo en la margen derecha pero hoy se encuentra al borde izquierdo.

La pesca, que es el origen mismo de los pobladores de Honda, ya no es la de otros tiempos. Dicen que antes se sacaban 18 mil toneladas de picuros o viudos, pero hoy —lamenta don Pablo— apenas se sacan 700, y sigue su camino río abajo. Cuando los españoles llegaron a estas tierras, algunos encabezados por Gonzalo Jiménez de Quesada, otros por Sebastián de Belalcázar y otros más por Nicolás de Federmán, en la primera mitad del siglo XVI, estaban pobladas por tribus ondaimas —de quienes proviene el nombre— y gualíes, que descienden de los caribes, indígenas bravos que dieron la pelea y se opusieron al proyecto colonizador. Sobre el punto en el que años después se erigió una villa, los nativos habían levantado un pequeño poblado. Una falla geológica que desde entonces se conoce como El Salto, sobre el río Grande de la Magdalena, como se llamaba en tiempos coloniales, era la imperfección perfecta para que la vida brotara.

Honda cumplió los requisitos y se fundaron los puertos españoles que comunicaban al mar Caribe y Europa con el interior, con Santafé. Poco a poco se convirtió en el segundo puerto del virreinato de la Nueva Granada, después de Bocas de Ceniza. Por el río de la Magdalena bajaba y subía toda la mercancía de la economía colonial. El oro de Antioquia, el café de Santander y del Tolima, la plata de Mariquita, el tabaco de Ambalema y, por supuesto, todos los artículos suntuosos que venían de Europa. El río Grande de la Magdalena se convirtió así en la espina dorsal de la conquista y la colonia. De junio de 1539 data el descubrimiento del lugar de Honda. Con los años, este pequeño poblado fue creciendo, cobrando importancia y, bajo el protectorado de la Compañía de Jesús, reclamando el título de villa. En Mariquita se construyó la mina de plata más grande del Nuevo Reino y en Honda se instaló el estanco de tabaco, que a lo largo del siglo XVIII se convirtió en el principal producto de exportación de la Colonia. Entonces vinieron años de esplendor. El oro circulaba. Las manufacturas de la burguesía europea se veían. La prosperidad de la villa crecía. Conventos, escuelas, hospitales y teatros, hoy en ruinas, se construyeron rápidamente.

En el siglo XVIII, las promesas de la ilustración y el poderío económico de la región incubaron una sociedad preparada para recibir la República. El sabio Mutis estableció la casa de la Expedición Botánica en Mariquita. Bolívar, Sucre y Nariño cruzaron las empedradas calles de Honda y la independencia finalmente se dio. Entre tanto, la industrialización no se hizo esperar y silenciosamente echó raíces. Los barcos de vapor trajeron, cada vez con más frecuencia, el concreto, los puentes, las compañías gringas, británicas, francesas y alemanas. El puerto de Arranca Plumas se construyó; la plaza de mercado, una reliquia arquitectónica, hervía los domingos. El puente Navarro, construido por la misma empresa que hizo el Golden Gate en San Francisco, fue instalado sobre el Magdalena en 1894-1898. Cinco teatros, trilladoras de café que bajaban por el cable aéreo entre Manizales y Mariquita, el ferrocarril que iba hacia la costa ya rugía desenfrenado. Honda era una ciudad moderna, de familias comerciantes adineradas: los Samper, los López, los Owen. La casa de los López Pumarejo, en donde nació Alfonso, el dos veces presidente (en 1934 y 1949), queda frente a la Alcaldía y el río Gualí.

Pero “nada dura para siempre”, como dice la canción, y el comercio por el río Magdalena fue asesinado por el hierro de los rieles. La pesca fue cayendo, los precios del tabaco también, el café no volvió a pasar y del oro no se volvió a tener noticia. Las enormes casonas coloniales y los esbeltos edificios republicanos se agrietaron. Los teatros se arruinaron, las trilladoras se cubrieron de óxido y las tablas del puente Navarro se convirtieron en trampas mortales. La glorieta que conduce a las carreteras que van a la costa, Medellín, el Eje Cafetero y Cali se convirtió en el único sitio que transportadores y turistas frecuentan del viejo y alguna vez espléndido San Bartolomé de las Palmas de Honda. Hoy la gente se pregunta en qué momento ésta, la capital de la República Independiente de Mariquita, perdió su lugar en la historia. ¿Por qué la manigua se comió los rieles? ¿Por qué los teatros se entregaron a los ratones? ¿Por qué los aviones nunca volvieron a aterrizar y los barcos nunca volvieron a romper el Magdalena, el río Grande de la Magdalena, la razón de vida de este puerto estancado a su orilla?

Como don Pablo, el pescador que espera a que el Mohán proteja su subienda, don Juan de Dios, un ebanista, un carpintero, un reparador de instrumentos que afirma tener 90 años pero va para los cien, espera maldiciendo en voz baja, en un rincón de la plaza de mercado, a que la historia y el río de esta capital oxidada retomen su caudal.

Alfredo Molano Jimeno / amolano@elespectador.com | Elespectador.com



Tomado de:

viernes, 4 de noviembre de 2011

Alejo Sabaraín Ramos, en honor de una gran patriota Por Alfredo Cardona Tobon

jueves 24 de febrero de 2011

Ni era realista ni novio de la Pola
Fue sólo un compañero de lucha de la Pola. Se formó como republicano y militó en los campamentos subversivos. Verdad
Alfredo Cardona Tobón
Alejo Sabaraín ha pasado a la historia como un personaje ligado sentimentalmente a Policarpa Salavarrieta, y su memoria ha sido tan falseada, que en un programa de televisión se tiene la desfachatez de mostrarlo como un realista que, en aras del amor, al final ve la luz de la libertad.
Para empezar a desbaratar falsedades hay que establecer que Alejo no fue novio de La Pola, fue un amigo o un camarada que conspiró al lado de Policarpa. Tampoco fue su amante como dice José María Espinosa en " Memorias de una abanderado", pues a Espinosa no le consta ningún amorío entre los dos jóvenes ,pues nunca conoció a La Pola
José Hilario López relata en sus "Memorias" su lucha al lado de Sabaraín en la campaña del sur y en forma magistral describe las últimas horas de Alejo y demás compañeros. En ninguna parte habla de un noviazgo entre Sabaraín y Policarpa, y hay que creerle, pues fue testigo de los hechos y su relato no fue de oídas como sucedió con Espinosa.
Ese romance largo y almibarado, tan repetido en la historia, fue invento de un oficial inglés, que influenciado por el romanticismo de la época, armó un idilio que en su época fue desmentido por la hermana de María Ignacia Valencia , novia de Sabaraín desde su prisión en Popayán.

¿QUIEN FUÉ ALEJO SABARAÍN?
El padre de Alejo fue un funcionario español y su madre una criolla realista En ese ambiente se esperaba que estuviera al lado de los peninsulares, pero pesaron más la influencia de sus amigos opuestos a los abusos coloniales y el pensamiento libertario del ilustre metalurgista Juan D´Eluyar, hombre de mundo muy allegado a su familia, que como buen vasco, era independista y enemigo de la realeza ibérica...
Alejo nació en Honda en 1795 y cursó los estudios básicos en su pueblo natal; y al contrario de lo que se dice, no tuvo tiempo de ir a Europa porque desde adolescente se unió a las tropas patriotas, en cuyos precarios campamentos se formó como militar republicano..
Días después del 20 de julio de 1810 Alejo Sabaraín se unió a la tropa de la Junta de Gobierno de Mariquita y con solo quince años de edad recibió el bautismo de fuego en el combate de “Gallinazo” donde con el título de alférez combatió al lado de las tropas de Honda en sus confrontaciones con Ambalema por el control de la región.
Cuando Cundinamarca extendió su dominio sobre lo que hoy es el Tolima, Alejo se unió a las tropas de Nariño y participó en las campañas de El Socorro y Pamplona. No está claro cuándo ni por qué los dos hermanos Sabaraín, Alejo y Leandro, resultaron luchando contra los españoles en la costa Atlántica; tampoco si lo hicieron bajo las banderas de Mompox o de Cartagena; pero fue así, pues el gobierno de Cundinamarca en un comunicado oficial reconoce el papel valeroso de estos jóvenes en las orillas del océano.
LA CAMPAÑA DEL SUR
En febrero de 1813 Alejo regresa a Santa Fe para recuperarse de una insolación severa y en los últimos días de septiembre de ese año se une a la expedición de Nariño que marcha a combatir al gobernador Tacón y a sus aliados quiteños
Nariño avanzó por territorio hostil sin un minuto de reposo. Combatió en Juanambú, en el Tablón de los Gómez, en la Cañada y en escaramuzas sin fin que fueron debilitando al ejército republicano acosado por el hambre, por la topografía y por las guerrillas patianas
Ante el sombrío panorama, Nariño consulta a los oficiales sobre la conveniencia de retroceder o continuar la campaña. El capitán Rengifo y el alférez Sabaraín propusieron la retirada; Nariño en gesto cruel, injusto y soberbio los llamó cobardes y los rebajó a la categoría de simples soldados.
Pese a semejante ultraje, Rengifo y Sabaráin siguieron combatiendo lado de Nariño. Después del desastre de Pasto, donde el Precursor quedó en manos enemigas, Sabaraín continuó en campaña bajo las órdenes de los generales Miguel Serviez y José María Cabal.
Las pugnas intestinas y el asedio constante de los españoles redujeron las fuerzas patriotas., que en su desespero y en un acto suicida se estrellaron contra las posiciones enemigas en la Cuchilla del Tambo. Muchos patriotas murieron y otros cayeron en poder de Sámano. La crueldad española fue inaudita, las ejecuciones a granel señalaban el triste final de Sabaráin, pero un indulto lo salva de la muerte y lo lleva a las prisiones de Santa Fe de Bogotá.
ALEJO Y MARIA IGNACIA VALENCIA
La generosa dama Doña Eusebia Caycedo Santamaría y su hija María Ignacia llevaban provisiones y medicinas a los patriotas prisioneros en Popayán. En la cárcel el apuesto Sabaraín conoció la bella niña y las rejas no fueron barrera para que el amor encendiera sus corazones y el idilio continuara en Santa Fe de Bogotá, adonde viajó Doña Eusebia cuando murió su esposo y su familia quedó bajo el amparo del Doctor Fernando Caycedo,.
El primero de julio de 1817 un indulto de Fernando VII libera a los prisioneros republicanos. Alejo vuelve a encontrarse con Ignacio Rodríguez, antiguo compañero de lucha que ahora comanda las guerrillas de Honda y se integra a las organizaciones rebeldes que operan en Santa Fe. El plan general es promover un levantamiento en la capital del virreinato con el apoyo de las guerrillas que actúan en el piedemonte llanero, en San Gil y por los lados de Honda. María Ignacia y otras prestantes damas santafereñas apoyan las operaciones mientras Sabaraín y la Pola establecen contacto con los insurgentes comandados por Rodríguez y por el cura Mariño.
EL SACRIFICIO DE ALEJO
A pesar de las represalias de “los pacificadores”, la resistencia contra los españoles no amaina. Hay levantamientos en el Valle, en el Huila, en el pie de monte llanero y en la provincia de El Socorro. Numerosos americanos, reclutados por los realistas, abandonan los cuarteles y se unen a las guerrillas de La Niebla, del cura Mariño y del general Santander..
Sabaráin cae prisionero cuando marcha con otros compañeros a los llanos de Casanare a reunirse con las fuerzas patriotas. Su captura es un duro golpe para los patriotas pues entre los elementos incautados a los rebeldes, los españoles le encuentran unas cartas que comprometen a La Pola y pone en evidencia la red subversiva.
Después de un simulacro de juicio, el general Sámano condena a la Pola, a Sabaraín y a otros insurgentes a morir en el cadalso. En la mañana del once de noviembre de 1817, María Ignacia observa desde el balcón de su casa la marcha de los condenados. Con el dolor en el alma despide a su amado, y bañada en lágrimas se hinca ante el crucifijo del pequeño oratorio a pedirle a Dios que detenga a los verdugos.
Las campanas tañen fúnebremente y el ruido acompasado del tambor va marcando los últimos instantes de los condenados a muerte. A pesar de las súplicas, no llega el milagro que implora María Ignacia y a las once de la mañana del 14 de noviembre de 1817 los verdugos cortan la vida de la Pola, de Antonio Galeano, de Antonio Suárez y de Manuel Manrufus. Después el pelotón de fusilamiento acribilla al poeta Arcos, a Arellano, a Manuel Díaz y a Alejo Sabarain y para completar la infamia recogen sus cuerpos ensangrentados y los cuelgan de la horca.
Las descargas punzaron como agujas al rojo los oídos de María Ignacia. El aleteo de la muerte se sintió en el oratorio y en ese momento empezó a marchitarse la vida de María Ignacia cuya alma voló al cielo tres meses más tarde. Con las descargas se ahogaron los últimos versos que el poeta Arcos, otro de los sacrificados, le compuso a Policarpa Salavarrieta.
Al anochecer, dos sacerdotes hermanos de la Pola, reclamaron el cuerpo de la joven La Cofradía de la Piedad del Templo de la Veracruz recogió los cadáveres de Alejo Sabaraín y demás compañeros de infortunio para darles cristiana sepultura.
La Patria- Papel Salmón- Febrero 6 de 2011

ANEXO

( Colaboración del Sr. Alberto Silva para historiayregion que complementa el artículo sobre Zabaraín)
Obviamente, mientras caía todo el ejercito en la Cuchilla, Mejía escapaba hacia La Plata, Huila, a través de la cordillera. A Bogotá enviaron presos a Francisco Cabal (primo hermano del general José María Cabal), a Alejo Zabaraín y a José Fernández Madrid, el presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, que había sido capturado en Chaparral, Tolima, luego de la catástrofe de la Cuchilla. Al general José María Cabal, sobre quien cayo todo el peso de la venganza de Samano, fue fusilado en Popayán junto con dos oficiales mas, los coroneles Quijano y Matute. Al salir de la cárcel al patíbulo, se detuvo frente a la celda de Tomas Cipriano de Mosquera y le dijo estas sentidas palabras (que casi todos los presos allí como López, Alcántara y Espinosa, escucharon): “Mosquerita, su tierna edad lo salvara; acuérdese de su general para vengarlo”. Esas palabras las repetiría Mosquera durante un discurso en el Congreso muchas décadas después, cuando fue presidente de Colombia.
A Francisco Cabal lo fusilarían en Bogotá; Zabaraín seria indultado, pero mas tarde volvería a ser capturado por auxiliar a la guerrilla de camino a los Llanos y fusilado también en Bogotá; a Fernández Madrid también lo indultaron, su nula experiencia militar lo había salvado del cadalzo, cuando lo capturaron pretendía salir por el Sur ‘hacia el Brasil’, a través del rió Putumayo. Una locura, pues no tenían una real conciencia de lo que significaba realizar esa travesía, que en su imaginación y con el escaso conocimiento geográfico de la época, pensaban que era una cuestión sencilla. Pidió clemencia a Morillo, pero este lo espeto, recordandole sus raíces españolas: "Usted sale dentro de tres días para Madrid (exiliado), vaya aprenda lealtad donde sus familiares, pero déjeme decirle que a mi usted no me engaña, usted es y seguirá siendo un traidor"....

Zabaraín y la Pola fueron al menos compañeros de revolución. Quizás hasta amantes. Lo de pertenecer y ayudar a las guerrillas del coronel José Ignacio Rodríguez (aquel que decapito al coronel español Asin en Calibio) también es cierto.
Pero se debe decir que Alejo fue capturado en la Cuchilla del Tambo, la última batalla de la 1ra. Republica, en 1816, cerca a Popayán, y que fue una catástrofe para los independientes. Murió la mitad del ejército y la otra mitad fue capturada. Una debacle total. Eso fue culpa del coronel antioqueño Liborio Mejía, quien sin escuchar razones se lanzo suicidamente con 700 hombres a trepar por la Cuchilla para ser derrotado por 2.000 realistas que lo triplicaban en número y además estaban en una posición elevada.
Allí cayo capturado Alejo Zabaraín, además de tres futuros presidentes de Colombia, José Hilario López, Pedro Alcántara Herrán y Tomas Cipriano de Mosquera, quienes para la época eran apenas unos adolescentes (López tenia 18, Alcántara 15, y Mosquera 17). A José Hilario López casi lo matan allí mismo los enardecidos españoles apenas se rindió el ejército en la Cuchilla.
Casi todos los capturados fueron enviados a las cárceles de Popayán. Además de Zabaraín, López, Alcántara y Mosquera, también cayeron Francisco Cabal y José María Espinosa, el abanderado de Nariño y pintor de la Independencia, que posteriormente nos lego para la historia, los cuadros hermosos de todas esas batallas donde él participo (Alto Palace, Calibio, Juanambú, Tacines, Ejidos de Pasto, El Palo y Cuchilla del Tambo).
A Mosquera lo salvo el hecho que fuese aun bastante joven, López se salvo de la ejecución por un pelo (llego hasta una cuadra del cadalso cuando lo hicieron devolver a la cárcel, era la forma como Samano los hacia sufrir); Espinosa fue liberado algún tiempo después (muy probablemente porque su rango de simple soldado se lo facilito, además estaba emparentado con familias prominentes de la época, y era sobrino político de Camilo Torres), pero al General vallecaucano José María Cabal, vencedor invicto en 13 combates y mano derecha de Nariño durante toda la campaña del sur, no escapo de la venganza de Samano.
Fue capturado arriba de Palmira. Había renunciado al mando del ejercito del Sur antes de la batalla de la Cuchilla del Tambo, y retirado a su hacienda, tras sostener desavenencias con los jóvenes oficiales como el impulsivo e inepto Liborio Mejía, quienes pensaban que Cabal era muy viejo y muy cobarde por no enfrentar a Samano en la Cuchilla. La historia le daría la razón a Cabal. Había sido un suicidio atacar a los españoles en la subida a la Cuchilla con tan poca gente

ANEXO
TOMADO DEL LIBRO MUJERES LIBERTADORAS DE ENRIQUE SANTOS MOLANO-Editrial Planeta- 2010
" Es verdad que Policarpa Salavarrieta y Alejo Savarain mueren en el mismo patíbulo y por la misma causa; es verdad que Policarpa dirigió el espionaje patriota en Santafé entre enero y septiembre de 1817; es verdad que su patriotismo y su amor a la libertad la llevaron a entregarles la vida. Policarpa no se ganó los arcabuzazs que segaron su vida ni su puesto de heroína porque hubiera estado aciendo calceta enla casa de doña Andrea Ricaurte de Lozano; pearo ¡ será verdad lo de sus amores con Alejo Sabaraín?. Muchos de sus biógrafos dejan entender que esos amores venían desde 1815 y que, cuando Savaraín marchó ese año a unirse a las tropas patriotas que se formaron al sur , se comprometió con Policarpa y fijaron fecha de matrimonio a su regreso, si regresaba.
Está documentado que Policarpa y Alejo nunca se conocieron antes de enero de 1817; y está documentado, también que Alejo Savaraín, de Honda por nacimiento, de familia distinguida, se había comprometido, en la época de su partida al sur, con la señorita María Ignacia Caicedo, miembro de aristocráticas familias de Popayány Santafé y en 1817 ocupaba la casa de frente a la iglesia y Colegio del Rosario, desde ahí daba Maria Ignacia noticias al prisionero escribiéndolas en el ruedo inferior de la ropa blanca, que descubria en el balcón en los momentos oportunos. Allí pasó ella la última noche de Alejo Savaraín, inmóvil y en vela, y, cuando oyó la campana que anunciaba la marcha de su novio al cadalso, perdió la voz, quedó herida de parálisis, y murió a los pocos días.
Esta historia narrada por Rafael Pombo, allegado a María Ignacia no deja duda sobre su veracidad.
Pudo ser que, en los ocho meses de su tabajo como espías, la hermosa Policarpa y el apuesto Alejo se habiesen enamorado, pero no hay huellas visibles que nos permitan darlo por hecho. El oficial de la Legión Británica que estampa en sus memorias el romántico relato sobre la muerte de los dos amantes no menciona en ningún momento el nombre de Alejo Savaraín, solo se refiere al amante o prometido. Doña Andrea Ricaurte nisiquiera habla de que Policarpa hubiese tenido amores con alguien. Ni sobre el asunto mienta una sílaba en sus Memorias quienfue testigo presencial de la captura, la condena y el fusilamento de Policarpa , y que estuvo a un dedo de ser uno de los fusiladores, el general, procer y presidente ( 1849-1853) Jo sé Hilario López.

ANEXO II
Ver " Verdad y ficción en la vida de la Pola" en este blog y "Policarpa Salavarrieta y las guerrillas patriotas" en este mismo blog.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Honda, Tolima The City Paper Edward Davey 4 October 2011


The small town of Honda is a gem in the centre of Colombia, a Cartagena by the River Magdalena, and a place well worth discovering. The City Paper was invited to visit by Gareth Hughes, a Welshman whose family has lived there since the late nineteenth century, and whose father, David Robert Owen Hughes, was a popular Mayor of the town in the 1980s.

The journey from Bogotá to Honda takes three hours, on an at times precarious road which weaves its way through spellbindingly beautiful countryside, with mountains, valleys, infinite shades of green, forest and precipitous drops. The approach to the Magdalena Valley is marked by the increasing heat – and the presence of bananas, oranges and coffee by the roadside. Warm breezes from the river provide scant relief.

Honda, once home to Colombia’s Ondamas and Gualíes indigenous peoples (as the archeological ruins and cave drawings in its surroundings attest), was conquered by the Spanish in 1540. By the mid-seventeenth century, the town had become an important and prosperous part of the colonial enterprise, and an obligatory stopping point for all boats on their journey along the River Magdalena.

The town’s Barrio Alto del Rosario is a warren of cobbled, steep streets dating from this time: the houses have thick stone walls, elegant wooden window frames and balconies, and imposing doors opening onto cool interior patios with abundant vegetation. There is a Mediterranean, Moorish feel, reminiscent of Seville or Córdoba; and a pleasing mix of decrepitude and, in some cases, tasteful restoration.

Down the hill from this Barrio, and nearer the river, there is an elegant Republican marketplace – the ‘Plaza de Mercado’ – which was built by an English engineer, Harry Valsint, from 1917 to 1935. The Plaza is a national monument, with its 148 green and white Doric columns housing a plethora of small clothes shops, fruit and vegetable stalls, ‘minute’ sellers and the like.

Honda is a town of some thirty bridges, of which the ‘Puente Navarro’ is the finest. Built between 1894 and 1898, this was the first metallic bridge to be built in the whole of Central and South America: its benefactor, Bernardo Navarro Bohórquez, contracted Norman Nichols, responsible for the Golden Gate, to lead the construction.

A walk across the bridge as the sun sets over the surrounding hills is an uplifting, exhilarating experience: families are walking or cycling home, with parents taking care to escort their younger children over the holes in the planks through which one could easily slip into the river some hundred metres below.

My guide in Honda is a local historian and professor, Tiberio Murcia Godoy, who has written a book about the town and who maintains several blogs about its history. Tiberio is a splendid guide as we walk the streets, pointing out, amongst many other places, ‘La Pilda’, a brothel famous nationwide in the mid-twentieth century, to which it seems politicians and the wealthy from across the land would flock; the now defunct railway station, which was built at the turn of the twentieth century by the Dorada Railway Company Limited and a Cuban architect Francisco Javier Cisneros; the Museo del Rio Magdalena, a simple collection housed in an old stables by the water’s edge; the Alfonso López Pumarejo museum, where Colombia’s twice former President was born, and which houses a good collection of photographs and speeches; the Spanish, French, English and American consul building; and a nineteenth-century pharmacy which continues to operate today.

We also spend a fascinating half hour in the town’s cemetery, which includes the graves of a number of the British, German, American, Lebanese, Palestinian and other foreigners who lived in Honda and made it their home during the prosperous years of the mining, coffee and agricultural booms – all intimately linked to the river – of recent centuries.

Tiberio describes, too, the Biblical scene each February in which the fishermen of the region congregate in Honda on the banks of the river to celebrate and participate in the ‘subienda’: the time of the year when the fish nestle in the river banks to hatch their offspring, and in which the fish stocks of the Magdalena seem to recover for a short while their former abundance.

Honda is an excellent base from which to discover the surrounding towns and countryside: I went to Mariquita, home to Mutis’ Real Expedición Botánica in the early nineteenth century, that extraordinary attempt to chronicle Colombia’s biodiversity; Armero, the village which was flattened and lost following the Ruiz Volcano earthquake in 1985, and now eerily preserved; and Ambalema, a small town by the Magdalena famous for its tobacco (said to be Churchill’s favourite) and for the intricate architecture of its houses.

There are two fine hotels in Honda: Posada Las Trampas (www.posadalastrampas.com), a boutique hotel in a series of adjoining colonial houses lovingly restored by Gareth Hughes in Calle de Las Trampas; and the Hotel La Belle Epoque, run by the Spanish-English Nadia Diamond (www.casabelleepoque.com).

Tanga, la otra pieza del rompecabezas. /Cuando iban a atentar contra el puente Luis Ignacio Andrade/

El Espectador
Febrero 23, 2003

Desde una casa localizada a 200 metros del río Magdalena, Édgar Morea Morales, conocido como Javier Tanga, vigilaba el puente Laureano Gómez que comunica a Honda con Puerto Bogotá, Cundinamarca.

Este hombre, que pertenecía al frente I de las Farc y recibía órdenes directas del Mono Jojoy, según la Fiscalía no sólo tenía la misión de atentar contra el puente de Honda.
También el de Suárez, cerca de Espinal (Tolima), y el de Girardot en Cundinamarca. Pero la misión de Tanga iba más allá. Según las autoridades, dirigió la construcción de la bomba que destruyó El Nogal.

Los investigadores pudieron establecer que el viernes 7 de febrero, día del atentado al norte de Bogotá, Tanga estuvo a dos cuadras del exclusivo club dirigiendo el ataque. Y ese mismo fin de semana se movilizó hasta Honda, Tolima.

La captura de Morea se empezó a gestar el pasado 8 de febrero, cuando la Policía de Bogotá interceptó una comunicación en la que le informaban la entrega de un camión en Villeta.

De inmediato, ocho agentes encubiertos de la Policía viajaron hasta allí, pero no encontraron pistas del camión ni de Tanga. Los policías volvieron a Bogotá, e interceptaron otra llamada que aseguraba que el vehículo lo entregarían en Honda.

Llamadas posteriores llevaron a concluir que otros vehículos estaban siendo acondicionados en el barrio Kennedy de Bogotá. Precisamente en la transversal 73 con calle 42 sur, donde fue capturado Luis Alfredo Moreno Valero, de 33 años, cuando intentaba abordar el camión Dodge 300 de color rojo de placa GPD 784 que transportaba una estructura metálica en forma cónica. La misión de Moreno era llevar el camión a Girardot.

La captura de Moreno llevó a la detención de Antonio José González, alias Franco y quien según las autoridades, era la mano derecha de Tanga y el encargado de armar los carros bomba. Fue capturado en la Autopista Sur con Avenida Boyacá, junto con Yenny Patricia Olivares, alias Claudia, la mujer que trabajaba para Tanga y la
encargada comprar una casa en Flandes, Tolima, a escasos 100 metros del río Magdalena. Desde allí hacía inteligencia para establecer las horas de mayor circulación vehicular sobre el puente.

En la vivienda de Claudia, los agentes capturaron a María Lindera Rojas Mancipe, alias Marcela, a quien le encontraron fotografías del puente que comunica a Flandes con Girardot y el de Suárez, en Espinal.

Con todas estas evidencias, la Policía diseñó el operativo en Honda –donde precisamente estaban de fiesta el fin de semana pasado– contra Morea, quien atendía una caseta de venta de cerveza bajo las estructuras del puente que cruza el Magdalena. Desde allí y desde su casa, localizada en la carrera 12 número 32-41, Tanga vigilaba y estudiaba los sitios claves para colocar las cargas explosivas contra el puente.

En esa vivienda Tanga vivía con su esposa Sandra Patricia Bejarano Montenegro, de 22 años, y su prima Mercy Morea Avendaño, de 21.

Además de los seguimientos, la Policía infiltró a dos investigadoras que llegaron a la caseta. Tomaron cerveza, bailaron y entraron en confianza con el guerrillero. La reunión continuó en la casa de Tanga, donde descubrieron un camión Ford 350 de placa FTN 520 con cargas explosivas del tipo “sombrero chino” de gran tamaño.

Estas cargas o estructuras metálicas en forma de cono tenían 1,80 metros de alto por 80 centímetros de radio, con capacidad para almacenar hasta 750 kilos de explosivos, dijeron los expertos antiexplosivos.

Con todos estos elementos los investigadores solicitaron el apoyo de la Aviación del Ejército y en sobrevuelos y con telescopios localizaron la casa de Tanga y constataron que tenía listo el camión para volar el puente Laureano Gómez, hecho que llevó a que el domingo pasado fuera capturado al lado de su mujer y su prima. “Ya ustedes saben quién soy yo. Desde este momento no hablo más”, dijo.

¿Quién es ‘Tanga’?

De Tanga, las autoridades saben que llevaba 15 años en las Farc y que desde hace seis residía esporádicamente en Honda, pues su centro de operaciones era el Guaviare, donde recibió instrucción en explosivos de miembros del Ira y de Eta.

Dicen los organismos de seguridad que Morea Morales fue el encargado de diseñar y acondicionar la dirección de los carro bomba que se activarían a control remoto y que fueron incautados por la Policía.

Tanga, quien apareció en la zona de distensión en los registros de los noticieros de televisión, es uno de los guerrilleros más cercanos a Jojoy. De 36 años y natural del Huila, tenía la orden del secretariado de incomunicar a Bogotá. Por ello, durante el último año visitó a cada uno de los frentes de las Farc para instruirlos en el uso de
explosivos.

Como hombre de confianza de Jojoy, le encomendaron la jefatura del grupo Hernando González Acosta, calificado como el nuevo grupo élite de 300 guerrilleros de la organización para realizar los atentados terroristas en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.

Según la Policía, un último camión para ser utilizado con explosivos y ordenado por Tanga fue incautado en la carrera 6 con calle 20, en el barrio La Estanzuela de Bogotá.

Tomado de: http://www.latinamericanstudies.org/farc/farc-tanga.htm