martes, 12 de abril de 2016

El Magdalena, primer afluente de progreso por Angela Obregon Muñoz


 Fueron años de historia en las embarcaciones por el río, que trajeron al Tolima progreso y desarrollo a mediados del siglo XIX y comienzos del siglo XX, cuando las primeras embarcaciones provenientes de Europa fueron el puente para exportar productos surgidos en la región. -.
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Durante la época colonial e inicios de la República, el río Magdalena fue la principal vía de acceso para conectar a la región Andina con el mar Caribe, siendo en el Tolima un factor crucial para su vida económica y administrativa.
“Cuando llegaron los españoles a establecerse en esta zona, trajeron la idea del Champán, embarcación que es el doble de larga a una canoa, era de 12 metros y casi dos metros de ancho, con techo arqueado, que era propiedad de los Boga, que utilizaban para navegar el río Magdalena hasta llegar a Barranquilla, a Honda o viceversa”, cuenta Elsa Laverde, directora del Museo del Río Magdalena.
Prácticamente el desarrollo del Tolima se debe a su estrecho vínculo con el Magdalena, medio por el cual se transportaba las producciones de tabaco, café, maíz y demás productos agrícolas que se daban en la región, como también fue el puente para la exportación y la importación de la Nación.
“Hacia 1820 vino la navegación a vapor en el río, que era una aspiración muy grande del gobierno en la naciente República, porque necesitábamos esa forma de intercambio con el mercado internacional, que permitiría vender los productos colombianos”, complementa.
La navegación a vapor inició muy fuerte hacia 1860, motivada por el afán e interés de sacar al mercado internacional el tabaco de Ambalema por el río. Aparte del oro, el tabaco se convirtió en el primer producto de exportación que se transportaba bajo la iniciativa de grandes empresarios alemanes, ingleses y colombianos.
“Este fue un renglón de exportación importantísimo, el tabaco de Ambalema venía por el río hasta Honda al puerto Arrancaplumas y era transbordado en una red de ferrocarril hasta el puerto Caracolí, para ser dirigido a diferentes partes del mundo”, recuerda la Directora
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Del río al ferrocarril
Las rutas férreas que se interconectaron con el Magdalena constituyeron, a corto y mediano plazos, la solución eficiente para el transporte de mercancías de comercio exterior entre las regiones productoras de bienes exportables y el resto del mundo.
Significaron, aunque limitadas por las dificultades económicas, fiscales y de otro tipo, un cambio en las dinámicas de transporte en Colombia y permitieron, en lo que hoy se llamaría un sistema de transporte multimodal, un sistema interconectado entre el interior del país, el Caribe y el resto del mundo. Sin embargo, la realidad hoy dista mucho de lo que soñaron los promotores ferroviarios de los siglos XIX y XX.

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os puertos, principales entradas al progreso
El principal puerto del interior del país era Honda, adonde llegaban por el río las mercancías provenientes de España, que luego se transportaban por los caminos reales hacia Santa Fe de Antioquia, Santa Fe de Bogotá, Popayán y Quito; también fue el puerto de embarque de las riquezas americanas hacia Europa.
Resultado de su estratégica y céntrica posición que la comunicaba con todo el país, Honda desarrolló una gran actividad comercial, un esplendor arquitectónico y un original entramado urbano, que hoy puede apreciarse en sus innumerables puentes, calles, bodegas y elegantes casas.
“El puerto de Honda fue determinante para el desarrollo de la región, tal vez uno de los puertos más importantes que ha tenido el río a lo largo de su curso y eso determinó la formación de otros puertos en Tolima como los de Purificación, Coello, Flandes y Ambalema, todos ellos ubicados en la margen del río”, afirma Germán Ferro Medina, antropólogo y magíster en Historia.
Los principales puertos del departamento se conectaron aguas abajo con Mompox y Cartagena y se instauró el más importante circuito fluvial y comercial de la época. Asimismo, comunicó al oriente con Bogotá y al occidente con Cauca y Antioquia; y al sur, con Ambalema, Ibagué, Espinal, Purificación y Neiva.

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A bordo de un barco a vapor
A mediados del siglo XX comenzó el deseo de navegar por gusto y turismo por el Magdalena: “La llegada de las embarcaciones de pasajeros era muy importante en Honda y Ambalema, pues al oír el sonido de estos buques las personas corrían a vender mercancías, alimentos y bebidas”, recuerda Laverde.
Uno de los últimos buques de mayor importancia que recorrieron el Magdalena fue el David Arango, embarcación mixta de carga y pasajeros de primera y segunda clases, con grandes lujos e historias en su interior.
“Tenía siete años cuando mi padre, que tenía una empresa en Barranquilla nos llevó a todos sus hijos en el buque David Arango, yo me acuerdo de las fiestas, de cómo los adultos bailaban, todos muy bien arreglados, el capitán impecable, la comida era deliciosa y el viaje. Fueron cinco días inolvidables”, asegura Laverde.

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La navegación en vía de extinción
A partir de los años 50 los nuevos medios de transporte, las carreteras y la aviación redujeron la importancia de la vía fluvial del Magdalena. En los inicios y desarrollo de la navegación aérea se tuvo como referencia principal el río.
“Honda era el principal puerto del Tolima desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XX, cuando la navegación es suplida por el transporte terrestre”, concluye Ferro Medina.
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Tomado de;
http://www.elnuevodia.com.co/nuevodia/tolima/regional/285460-el-magdalena-primer-afluente-de-progreso