Alfonso LÓPEZ Pumarejo:“Un Legado
imborrable”
20 de Noviembre de 1959
– 20 de Noviembre de 2016
.
Por Germán Ordoñez Contreras
– Director C.M.A.L.P.
Miembro del C C.H.H.
Honda, Noviembre de 2016
.
La Casa Museo Alfonso López Pumarejo, adscrita al Ministerio
de Cultura de Colombiay administrada por COREDUCACION pretendeestablecer en
torno a su memoria,al conmemorarun año más del fallecimiento del hijo ilustre
de Honda: Alfonso López Pumarejo, la oportunidad para reflexionar sobre sulegado,
el cual produjo cambios y alcances significativos que transcendieron para que Colombia
se orientara hacia una democracia participativa, libertad, seguridad y
bienestar social.
Los
analistas políticos e historiadores: Eastman, Molina, Mejía, Moncada (1936 –
1942), consideraron a Alfonso López
Pumarejo como un hombre “progresista y
reformista de Colombia durante el siglo XX, su pensamiento estaba orientado
hacia la modernización del país y a su ingreso en el ámbito de la economía
capitalista mundial”. Igualmente, Álvaro Tirado
Mejía (1942), considera que “políticamente el gobierno de López logró captar y
convertir en base de apoyo al movimiento obrero a través de una política de
reconocimiento legal, de apoyo económico a las centrales obreras, y de
arbitramento”. También, se fundamentó
la concepción del Estado como entidad capaz de exigir al ciudadano al
cumplimiento de sus deberes sociales. Timoleón Moncada, senador de la época
(1936) explica, “esto significaba que el
individualismo sería sustituido por la función social, que el individuo tendría
la obligación de hacer lo que fuera necesario para fortalecer la sociedad y
debería abstenerse de lo que pudiera debilitarla”[1].
Siguiendo el contexto, se dice que un verdadero legado es
considerado aquel que aún sin la presencia de su autor conlleve a que las cosas
se sigan concibiendo, así se diga que un
legado es dejar algo hecho; por ello, Alfonso López Pumarejo converge en la primeracualidad.
Ya que por su gran liderazgo hizo que trascendiera mucho más allá de llegar simplemente
a serel desenlace de un sueño, persona o la culminación de una carrera política
sino que hizo algo mucho más trascendental, como fue dejarnos un legado: sacar
adelante “La Revolución en marcha”, adoptando
el modelo de Lord Beaconsfield, con la autoridad de haber dirigido
por más de treinta años la política inglesa “el deber del hombre de Estado de efectuar por medios pacíficos y
constitucionales todo lo que haría una revolución por medios violentos".De no haber sido así, no habría habido reforma
constitucional, tampoco la primera reforma agraria, ni la reforma tributaria,
ni la educativa ni la laboral, con las que Alfonso López Pumarejo modernizó al
país.
Sin embargo, Alfonso López
Pumarejo al conquistar la presidencia en 1934, enfrentó las dificultades con
las que chocó "la Revolución en marcha", las cuales no fueron simples
palabras de discrepancia sino que significó nadar contra la corriente, pues cada una de sus reformas propuestas motivó la oposición
inquietante para un sector pudiente de la sociedad que veía quebrantados sus
privilegios, no solo del partido conservador, sino también de la iglesia
católica, los terratenientes ylos industriales.
Como expresa Jorge Patiño, editor de la Revista SEMANA, en su
artículo “Alfonso López contra la corriente”, publicado el 26 de Septiembre de
2009: “No se trata de ver la obra de
López Pumarejo con la lente del romanticismo. La historia de Colombia ha estado
llena de turbulencias y el Presidente tuvo que operar en ese marco. El país,
como un niño, estaba en medio de los dolores del crecimiento, muchos de los
cuales siguen presentes, incluso en formas peores de las que el propio López
pudo prever. Pero sin su visión, Colombia habría sumado a sus problemas
posteriores uno heredado: el de seguir sumido en el siglo XIX”
A
pesar de las adversidades, Alfonso López Pumarejo proyectó como una necesidad manifiesta
de la naciente política: las reformas gubernamentales; donde en Colombia a
pesar de ser incipiente el desarrollo industrial, se evolucionó en la creación
depolíticas para salvaguardar el capital nacional y para admitir al sector
trabajador como una fuerza que formara parte integral de la sociedad; por ello,
la política de seguridad social y el orden
sindical con la presencia organizada de los trabajadores, dio inicio a
transformaciones en la sociedad colombiana. Además,con la reforma
constitucional de 1936 facilitó al Estado un significativo direccionamiento de
la economía, pues con el nuevo ordenamiento establecido, donde el Estado paso a ocupar un
papel protagónico, mucho más proactivo en la normatividad de las relaciones
económicas y laborales; sin descuidar, las condiciones de la democracia y sin salirse
del principio de la legalidad.
“El Partido Liberal, consideró que “López le
concedió al país el hábito de pensar en términos de economía, de nueva sociedad
y de patria”. Hasta entonces pocos
estadistas, si los hubo, tomaban en cuenta los coeficientes de producción, las
cifras de comercio exterior, y las plantas de personal de las empresas, tomo el
criterio Keynesiano “crear empleo con el gasto estatal”. Alfonso López Pumarejo
(1934 -1938 y 1942 – 1945) al lado de las grandes reformas, replanteó dos cosas
con éxito: “el papel protagónico del pueblo en las decisiones nacionales y la
función primordial del Estado moderno como motor del desarrollo”.[2]
Su
perfil de líder político le permitió a Alfonso López Pumarejo traducir los
grandes cambios que tuvo el país en las
tres primeras décadas del siglo pasado e inspiró una vía ideológica, un
escenario intelectual y una visión de Colombia que hoy continúa teniendo seguidores dentro del Partido
Liberal y en otras tendencias políticas; y por otra parte, identificó los
cambios que el componente económico y el
contexto social demandaban para adaptarse.
Desde
su perspectiva nació la función de la propiedad con un sentido social, que dio
origen a la Ley 200 de 1936 sobre la reforma agraria, y la ejecución de otras
transformaciones ligadas a las libertades de enseñanza, religiosas y del orden
público; como también, de los derechos laborales, sindicales y los relacionados
con el sistema tributario con el fin de cubrir los nuevos deberes del Estado
con los impuestos a los más acomodados de la sociedad.
Desafortunadamente,
algunos cambios se hicieron medianamente, otros fueron evidentemente desechados
y a otros tantos se les perdió el impulso; por ello, para muchos escritores el
fin feliz o triste de estas reformas sustenta los principios de las
problemáticas más difíciles y complejas que nos afectan en la actualidad.
En
conclusión, se podría decir que Alfonso López
Pumarejo nos legó una gran herencia inquebrantable que todos los gobernantes,
aun los más distantes a su pensamiento y
a su propio ser, han tenido que aceptar y respetar. Y es tan claro, este legado
que no ha podido desarraigar la Universidad Nacional de
Colombia con su campus universitario moderno, ni la política social
desparecerse, ni terminarse la sensibilidad del Estado. Además, porque rompió con el esquema que se tenía en Colombia
a la hora de confrontar los problemas económicos y a las decisiones sociales.
Se evidencia en la obra de Alfonso López Pumarejo, una gran huella porque pasó de un
extremo al otro el papel del Estado en la sociedad colombiana, confiriéndole
responsabilidades ajustadas a las intensas reformas sociales, económicas y demográficas
que la nación enfrentaba. Es decir, “una
institucionalidad capaz de dirigir pacíficamente las crecientes tensiones de
una nación cada vez más urbana, con una emergente clase media, un inquieto
movimiento obrero y un ansia de liberarse de las ataduras religiosas.”[3]
Hoy
en día, continúan en uso las presiones por las reivindicaciones laborales, las
inconformidades sociales, la función del Estado yel papel social de la
propiedad; por ello, qué mejor momento para discernir sobre la trascendencia de
sus reformas y reivindicar su gran legado progresista y percepción del Estado,que
en la conmemoración de los 57 años de su fallecimiento de quien nos dejó un legado
imborrable: Alfonso López Pumarejo.
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CIBERGRAFIA.
http://www.semana.com/especiales/articulo/alfonso-lopez-pumarejo-contra-orriente/107957-3
[1]Citado del texto: Así es Colombia. Presidentes de la República de
Colombia. Alfonso López Pumarejo 1934 – 1938.
[2]Ardila Duarte, B. (Diciembre de 2005) Alfonso López y la Revolución en
marcha. Revista Credencial Historia. Edición
192.
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