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sábado, 19 de noviembre de 2016

Alfonso López Pumarejo "Un legado imborrable" Por Germán Ordoñez Contreras

 Alfonso López  Pumarejo
Honda 31 de enero de 1886.. ..Londres  20  de noviembre de 1959

Alfonso LÓPEZ Pumarejo:“Un Legado imborrable”

20 de Noviembre de 1959 – 20 de Noviembre de 2016
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Por Germán Ordoñez Contreras 
– Director  C.M.A.L.P.
                                                                                                                                  Miembro del C  C.H.H.
Honda, Noviembre de 2016
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La Casa Museo Alfonso López Pumarejo, adscrita al Ministerio de Cultura de Colombiay administrada por COREDUCACION pretendeestablecer en torno a su memoria,al conmemorarun año más del fallecimiento del hijo ilustre de Honda: Alfonso López Pumarejo, la oportunidad para reflexionar sobre sulegado, el cual produjo cambios y alcances significativos que transcendieron para que Colombia se orientara hacia una democracia participativa, libertad, seguridad y bienestar social.

Los analistas políticos e historiadores: Eastman, Molina, Mejía, Moncada (1936 – 1942), consideraron a  Alfonso López Pumarejo como un hombre “progresista y reformista de Colombia durante el siglo XX, su pensamiento estaba orientado hacia la modernización del país y a su ingreso en el ámbito de la economía capitalista mundial”. Igualmente, Álvaro Tirado Mejía (1942), considera que “políticamente el gobierno de López logró captar y convertir en base de apoyo al movimiento obrero a través de una política de reconocimiento legal, de apoyo económico a las centrales obreras, y de arbitramento”. También, se fundamentó la concepción del Estado como entidad capaz de exigir al ciudadano al cumplimiento de sus deberes sociales. Timoleón Moncada, senador de la época (1936) explica, “esto significaba que el individualismo sería sustituido por la función social, que el individuo tendría la obligación de hacer lo que fuera necesario para fortalecer la sociedad y debería abstenerse de lo que pudiera debilitarla”[1].

Siguiendo el contexto, se dice que un verdadero legado es considerado aquel que aún sin la presencia de su autor conlleve a que las cosas se sigan concibiendo, así se diga que  un legado es dejar algo hecho; por ello, Alfonso López Pumarejo converge en la primeracualidad. Ya que por su gran liderazgo hizo que trascendiera mucho más allá de llegar simplemente a serel desenlace de un sueño, persona o la culminación de una carrera política sino que hizo algo mucho más trascendental, como fue dejarnos un legado: sacar adelante “La Revolución  en marcha”, adoptando el modelo de Lord Beaconsfield, con la autoridad de haber dirigido por más de treinta años la política inglesa “el deber del hombre de Estado de efectuar por medios pacíficos y constitucionales todo lo que haría una revolución por medios violentos".De no haber sido así, no habría habido reforma constitucional, tampoco la primera reforma agraria, ni la reforma tributaria, ni la educativa ni la laboral, con las que Alfonso López Pumarejo modernizó al país. 

Sin embargo, Alfonso López Pumarejo al conquistar la presidencia en 1934, enfrentó las dificultades con las que chocó "la Revolución en marcha", las cuales no fueron simples palabras de discrepancia sino que significó nadar contra la corriente, pues cada una de sus reformas propuestas motivó la oposición inquietante para un sector pudiente de la sociedad que veía quebrantados sus privilegios, no solo del partido conservador, sino también de la iglesia católica, los terratenientes ylos industriales.

Como expresa Jorge Patiño, editor de la Revista SEMANA, en su artículo “Alfonso López contra la corriente”, publicado el 26 de Septiembre de 2009: “No se trata de ver la obra de López Pumarejo con la lente del romanticismo. La historia de Colombia ha estado llena de turbulencias y el Presidente tuvo que operar en ese marco. El país, como un niño, estaba en medio de los dolores del crecimiento, muchos de los cuales siguen presentes, incluso en formas peores de las que el propio López pudo prever. Pero sin su visión, Colombia habría sumado a sus problemas posteriores uno heredado: el de seguir sumido en el siglo XIX”

A pesar de las adversidades, Alfonso López Pumarejo proyectó como una necesidad  manifiesta de la naciente política: las reformas gubernamentales; donde en Colombia a pesar de ser incipiente el desarrollo industrial, se evolucionó en la creación depolíticas para salvaguardar el capital nacional y para admitir al sector trabajador como una fuerza que formara parte integral de la sociedad; por ello, la política de seguridad social y el orden  sindical con la presencia organizada de los trabajadores, dio inicio a transformaciones en la sociedad colombiana. Además,con la reforma constitucional de 1936 facilitó al Estado un significativo direccionamiento de la economía, pues con el nuevo ordenamiento  establecido, donde el Estado paso a ocupar un papel protagónico, mucho más proactivo en la normatividad de las relaciones económicas y laborales; sin descuidar, las condiciones de la democracia y sin salirse del principio de la legalidad.
El Partido Liberal, consideró que “López le concedió al país el hábito de pensar en términos de economía, de nueva sociedad y de patria”.  Hasta entonces pocos estadistas, si los hubo, tomaban en cuenta los coeficientes de producción, las cifras de comercio exterior, y las plantas de personal de las empresas, tomo el criterio Keynesiano “crear empleo con el gasto estatal”. Alfonso López Pumarejo (1934 -1938 y 1942 – 1945) al lado de las grandes reformas, replanteó dos cosas con éxito: “el papel protagónico del pueblo en las decisiones nacionales y la función primordial del Estado moderno como motor del desarrollo”.[2]


Su perfil de líder político le permitió a Alfonso López Pumarejo traducir los grandes cambios que tuvo el país  en las tres primeras décadas del siglo pasado e inspiró una vía ideológica, un escenario intelectual y una visión de Colombia que hoy continúa  teniendo seguidores dentro del Partido Liberal y en otras tendencias políticas; y por otra parte, identificó los cambios que el componente  económico y el contexto social demandaban para adaptarse.

Desde su perspectiva nació la función de la propiedad con un sentido social, que dio origen a la Ley 200 de 1936 sobre la reforma agraria, y la ejecución de otras transformaciones ligadas a las libertades de enseñanza, religiosas y del orden público; como también, de los derechos laborales, sindicales y los relacionados con el sistema tributario con el fin de cubrir los nuevos deberes del Estado con los impuestos a los más acomodados de la sociedad.

Desafortunadamente, algunos cambios se hicieron medianamente, otros fueron evidentemente desechados y a otros tantos se les perdió el impulso; por ello, para muchos escritores el fin feliz o triste de estas reformas sustenta los principios de las problemáticas más difíciles y complejas que nos afectan en la actualidad.

En conclusión, se podría decir que Alfonso López Pumarejo nos legó una gran herencia inquebrantable que todos los gobernantes, aun los más distantes  a su pensamiento y a su propio ser, han tenido que aceptar y respetar. Y es tan claro, este legado que no ha podido desarraigar la Universidad Nacional de Colombia con su campus universitario moderno, ni la política social desparecerse, ni terminarse la sensibilidad del Estado.  Además, porque  rompió con el esquema que se tenía en Colombia a la hora de confrontar los problemas económicos y a las decisiones sociales.

Se evidencia en la obra de Alfonso López Pumarejo, una gran huella porque pasó de un extremo al otro el papel del Estado en la sociedad colombiana, confiriéndole responsabilidades ajustadas a las intensas reformas sociales, económicas y demográficas que la nación enfrentaba. Es decir, “una institucionalidad capaz de dirigir pacíficamente las crecientes tensiones de una nación cada vez más urbana, con una emergente clase media, un inquieto movimiento obrero y un ansia de liberarse de las ataduras religiosas.”[3]

Hoy en día, continúan en uso las presiones por las reivindicaciones laborales, las inconformidades sociales, la función del Estado yel papel social de la propiedad; por ello, qué mejor momento para discernir sobre la trascendencia de sus reformas y reivindicar su gran legado progresista y percepción del Estado,que en la conmemoración de los 57 años de su  fallecimiento de quien nos dejó un legado imborrable: Alfonso López Pumarejo.
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CIBERGRAFIA.

http://www.semana.com/especiales/articulo/alfonso-lopez-pumarejo-contra-orriente/107957-3

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3736263




[1]Citado del texto: Así es Colombia. Presidentes de la República de Colombia. Alfonso López Pumarejo 1934 – 1938.

[2]Ardila Duarte, B. (Diciembre de 2005) Alfonso López y la Revolución en marcha. Revista Credencial Historia. Edición 192.
[3]NULLVALUE, (Noviembre de 2005) “López Pumarejo, reformador”. EL TIEMPO. Casa Editorial

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