"Somos el Centro de la Historia de Colombia. Nuestro propósito es el de salvaguardar la historia de nuestro pueblo, como un aporte a la grandeza de nuestra nación colombiana."

viernes, 27 de noviembre de 2009

La Guerra De Los Mil Días

Por Maria Yolanda Jaramillo Gaviria y Pedro Benardo Sosa Rubio*
Durante el siglo XIX, el grado de estabilidad política del país se mide por los espacios entre las guerras civiles. En cada uno de ellos hay un pedazo de la Historia económica, social y política nacional.
El 17 de octubre de 1899 se inició la llamada guerra de los mil días o guerra de los tres años. De ella sólo escaparon los indígenas que habitaban las selvas impenetrables, territorios inhóspitos, que al final de la misma sirvieron de refugio a muchos derrotados.
Las atrocidades que en ella se cometieron y la fiereza con que lucharon los contendientes, resumen la experiencia de todo un siglo de reiteradas confrontaciones.
estas como todas las guerras; se incubó lentamente durante largo tiempo y, también, como no es extraño que suceda en las guerras, tuvo su origen en un conflicto anterior, en una rendición que dejó demasiados rescoldos: la guerra de 1885.
De este conflicto no sólo los derrotados quedaron con muchos bríos, sino que lograron esconder muchas armas y municiones.
Desde el mismo momento en que la guerra del 95 terminó, los derrotados liberales sellaron en Bogotá el compromiso de prepararse para una nueva confrontación.
Muchos ingredientes políticos y una situación económica cada vez más crítica hacen depender la guerra de una coyuntura propicia.
Esta guerra que rebasó muchos cálculos optimistas acerca de un triunfo o de acuerdo en corto tiempo, duró más de la cuenta 1899-1902.
Cierra el siglo XIX e inaugura el siglo XX.
Nos concretaremos en la participación del Tolima e Ibagué en esta guerra. Para hablar De ello es necesario conocer al legendario personaje Tulio Varón. Nació en la región de Doima, estudió en el colegio de San Simón, estuvo presente en las contiendas militares de 1876 y 1895, donde comenzó a forjar su recia personalidad de combatiente por sus ideales políticos.
Tulio Varón, contaba con algo más de 100 hombres, grupo que se había formado y robustecido en Doima, al mando de Manuel José París, pariente cercano de Tulio.
Esa guerrilla se había batido constante y bravamente, su campo de operaciones se había extendido desde Doima hasta el Líbano.
Puesta inmediatamente a órdenes de Tulio Varón, vino a ser el cimiento de la columna Ibagué, se componía de dos escuadrones El Conto, integrado por la caballería y el Rosas formado por la infantería.
Fue la más famosa de la guerra de los mil días. Tenía hábiles hombres expertos en el manejo del machete y consagrados jinetes que corroboraban la fama del hombre calentano del Tolima, en el arte de ser buen chalán.
Sus integrantes más importantes fueron: Tulio Varón, Ramón Marín y Vidal Acosta; este último vivía en el alto de Gualanday en el hotel Mi casa , se sabe que servía de descanso para los viajeros que iban a Bogotá. Precisamente en aquel lugar La columna Ibagué combatió contra un contingente de soldados caldenses y antioqueños que auxiliaban los ejércitos del gobierno en el Tolima. En este combate imperó el machete como arma segadora de la vida.
El año de 1901 estuvo marcado por las victorias de la columna Ibagué, comandada por Tulio Varón. Deseaban tomarse a Ibagué y lo intentan en septiembre de 1901, ya lo habían intentado en 1900.
Ibagué era una trinchera peligrosa donde existían gran cantidad de francotiradores que estaban ocultos en casas y solares. Uno de ellos hiere a Tulio; los demás huyen, esto ocurrió en la calle 14 con quinta. Se abalanzaron sobre él, despedazando su cuerpo, lo conducen por la calle principal de Ibagué, y lo depositan en la casa donde está su viuda. La columna Ibagué, se dispersó, otros se entregaron al gobierno, en la población de Piedras.
Sus restos se encuentran en un osario en la iglesia del Carmen y tras un mármol que dice General Tulio Varón, murió por defender la Patria . Ibagué, septiembre 21 de 1901.
Anónimo Soldado anónimo con fusil y machete. Ca 1900 Colección Pilar Moreno de Angel. Bogotá.
General Tulio Varón y su firma autógrafa Academia de Historia del Tolima Homenaje a Ibagué en sus 450 años Una de las historias mejor contadas del Valle de Las Lanzas.
* Presidenta y Vocal de la Academía de Histoai del Tolima. Gobernación 1 piso
TOMADO DE:http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1305791
Publicación eltiempo.com
Sección Información general
Fecha de publicación 15 de noviembre de 2000
Autor Yolanda Jarmillo Gaviria y Pedro Bernardino Sosa Rubio

Cronología De La Primera Asamblea Constituyente Del Estado Soberano Del Tolima

Por Maria Yolanda Jaramillo Gaviria*
La Constitución de 1853, abrió el camino que condujo al país hacia el Federalismo; en 1857 Colombia ya estaba dividida en ocho estados (Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Panamá, Magdalena y Santander), los cuales fueron confederados en la Constitución de 1858 con la Granadina).
En 1860 se inicia un gran movimiento revolucionario, cuando el General Tomás Cipriano de Mosquera, se reveló contra el gobierno del Presidente Mariano Ospina Rodríguez. Uno de los escenarios de operación del Ejército del General, fueron las provincias dey Neiva sus habitantes participaron en el movimiento, esperando ver retribuida su colaboración con el otorgamiento de su autonomía político-territorial; lo cual sucedió cuando el General Mosquera creó Estado Soberano del Tolima con la expedición del decreto del 12 de abril de 1861.
Correspondió a Purificación ser la primera capital del naciente estado y Neiva fue escogida como sede de la Asamblea Constituyenteinstalada en noviembre de 1862.
políticos derivados de esta primera Asamblea Constituyente El Estado Soberano del Tolima proclama suConstituciónen enero de 1863. En noviembre del mismo año se adecua la Constitución a los postulados de la reciente carta de Rionegro de 1863 (válida para la nación la cual establece losUnidos de Colombialo que implica unaConstitución del Estadose establece como capital a Natagaima en 1864.
En 1866 se consagra a Ibagué como nueva capital del Estado y se expide la Constitución la cual no introdujo reformas sustanciales, sólo reafirma la mayoría Mosquerista en el Estado.
En 1867 con el derrocamiento del General Mosquera como presidente de los Estados Unidos de Colombia y el nombramiento del doctor Domingo Caicedo como presidente del Estado, se da comienzo a una etapa de gobierno conservador, dentro del federalismo tolimense; en ese año la Asamblea Constituyente expidió una reglamentación provisional del Estado, surgiendo laConstitución (es la primera constitución en invocar en su preámbulo en nombre de Dios) la cual fijó en diciembre del mismo año como capital al Guamo. A los dos meses se expedía el Código Municipal y con él se establecía de nuevo la capital Ibagué en 1863.
Primera Asamblea Constituyente prolongó sus sesiones hasta 18668En 1870 el Conservatismo obtenía la mayoría en la asamblea, lo cual originó otra constitución que no se diferenció de las anteriores (1861-1867, período de la Asamblea Constituyente). Se estableció de nuevo al Guamo como capital del Estado.
Los conservadores mantuvieron casi todo el contenido de las constituciones radicales, la esencia de esta constitución (1870) era reafirmar en el poder a una tendencia política excluyente. En 1875 el Gobernador del Estado Soberano del Tolima Joaquín María Córdoba propuso el traslado de la capital a Ibagué, lo cual se cumplió en marzo de 1876 ya en las postrimerías del régimen Conservador. En 1886 cuando la Constitución Nacional expedida por el presidente Rafael Núñez, suprimió los Estado Soberanos y fueron creados los departamentos, surgió a la vida elGrandepor ley 21 de 1887 designándose como capital a la ciudad de Ibagué, dando comienzo a una nueva etapa en la Historia del
* Presidenta Academia de Historia del Tolima

Publicación eltiempo.com
Sección Editorial - opinión
Fecha de publicación 6 de diciembre de 2002
Autor María Yolanda Jaramillo Gaviria

domingo, 22 de noviembre de 2009

TRAS LAS HUELLAS DEL NEGRO MARÍN EN HONDA




Tras las huellas del Negro Marín en Honda
Por Tiberio Murcia Godoy*
A mediados del año de 2008 vino a la ciudad de Honda en calidad de investigadora la magister en historia Brenda Escobar Guzmán, quién recopilaba información para su trabajo de doctorado acerca del Negro Marín. Brenda quien estudia en la Universitát Bielefeld en Alemania se había pegado la rodadita hasta la Villa de Honda para la investigación de su tesis doctoral.
Consulto en el archivo municipal, y como parte de su trabajo de campo recorrió los sitos y lugares que anduvo el Negro Marin, hasta el cementerio de la localidad fuimos a parar para mostrarle la tumba de ese legendario "guerrillero liberal". La investigadora que público "La guerra de los Mil días vista a través de las memorias" capitulo 12 del libro "Ganarse el cielo defendiendo la religión. Guerras civiles en Colombia 1840-1902", además ya había participado en varias foros de historia en Alemania como en Colombia.
En el foro "Culturas políticas en la región andina" "Political cultures in the Andean region" 15 a 17 de mayo de 2008. Realizado en Alemania con el patrocinio de la Universitát Bielefeld, y Deutsche Forschugsgeinschaft , Brenda escribía. "Guerrillas liberales en las guerras civiles colombianas del siglo XIX. Rasgos de la cultura política de Cundinamarca y Tolima". "El período de guerras civiles que vivió Colombia, al igual que otros países de América Latina, durante la segunda mitad del siglo XIX, contribuyó de manera definitiva en la determinación de culturas políticas locales y regionales. Por "cultura política" entendemos, con Alan Knight, patrones de acción política que se repiten en una determinada localidad o región y en un período considerable. Para el caso colombiano, a medida que se sucedían las guerras civiles, las localidades fueron adoptando un partido político y, de igual manera, éstos se fueron haciendo más fuertes en unas regiones que en otras. Al mismo tiempo, siguiendo estos favoritismos, los individuos adoptaban unas determinadas formas de enrolarse en las guerras y estas formas fueron adquiriendo características parecidas según las regiones.
En la ponencia se observará este proceso en una región particular: el Estado (después Departamento) del Tolima y la zona occidental de Cundinamarca que limita con éste. En dicha región, el partido liberal tenía claro predominio y varias poblaciones se identificaban como completamente liberales. Así, en cada guerra civil, las convocatorias para formar grupos armados para defender los intereses del partido eran seguidas por gran número de personas, inclusive de los niveles económicos más bajos. Pero la práctica más generalizada de movilización no fue desplazarse para formar parte de los ejércitos comandandos por los jefes nacionales del partido, sino formar guerrillas de carácter casi netamente local, comandadas por líderes de poca influencia más allá de su terruño. No obstante, dada la cercanía de Bogotá con la zona de acción de estos grupos, su participación en las guerras fue fundamental para el partido, tanto para su defensa, cuando éste estuvo en el poder, como para amenazar al gobierno central, en los períodos en que estuvo controlado por conservadores.
Con el análisis de esta identificación de la región de Tolima y Cundinamarca con el partido liberal y de la práctica de organizar guerrillas como la forma preferida de sus pobladores para participar en las guerras, la ponencia intenta mostrar el proceso de constitución de una cultura política regional más o menos generalizada. Al mismo tiempo queda abierta la pregunta de por qué, a pesar de la relativa cohesión de la región en torno a unas ciertas ideas políticas y de diferentes sectores sociales en torno al mismo partido, no es fácil identificar cuáles fueron los intereses concretos que persiguieron los pobladores de esta región con las guerras, ni qué beneficios colectivos obtuvieron por su compromiso con el partido".(1)
Fue así que tome la determinación, también ir tras las huellas del Negro Marín en la Villa de Honda.
Su tumba
En el cementerio de Honda, luego de caminar unos 20 pasos, giramos a la derecha tres metros más encontramos el mausoleo, color aluminio con la leyenda que reza, "General Ramón Marín T. falleció el 10 de diciembre de 1923. Los liberales de Honda le dedican este recuerdo"
Su origen
Gonzalo Paris Lozano en su libro "Los Guerrilleros del Tolima", escribe. "El general Marín era originario de Marmato, donde nació en 1860. En la guerra de 1885 había combatido en el occidente de la antigua Antioquia, a las órdenes del entonces coronel Rafael Uribe Uribe ".(2).
Su físico
Gonzalo Paris lo describe. "Alto, hercúleo, de grandes pies y manos poderosas, feo como un mal pensamiento, de color pardo al cual daba un leve tinte rucio aquella mancha de carate que dicen ser común a las gentes de la región de donde él era nativo, su propia fuerza ayudábale a destacarse, atraer la atención, a provocar el proselitismo. Con un gran sombrero alón, levantado sobre la frente a la pedrada, su guarniel terciado y el gran machete al cinto, venía constituir un acabado tipo de cabecilla tropical" (3).
Herbert Spencer Dickey, medico Neoyorquino, citado por Malcolm Deas en su libro "Del Poder y la Gramática" , y quien lo conoció personalmente lo describe así; "Era un negro alto y muy fornido, y sus proezas físicas probablemente tenían mucho que ver con su elevada estatura. Sabía emplear el machete como los mejores (y no era nada adverso a hacerlo en ocasiones). El general esta sentado sobre un cajón. Tiene sombrero alón de Panamá con cinta roja, blusa de dril blanco bien almidonada, abotonada al cuello, y en las mangas ocho bandas de franela roja".(4)
Su vinculación a la región
La historia encuentra a Ramón Marín en el norte del Tolima, en la zona minera a donde él ha llegado por su experiencia y conocimiento en este oficio, aquí por su don en estas lides se la gana simpatía, y el respeto. Gonzalo Paris nos describe "Como buen marmateño, era minero, y en su condición de tal vino al Tolima, a trabajar en las minas de Frías. Allí se destacó cual hombre hábil en su oficio y excelente capataz; y la circunstancia de haberse impuesto como macho a los trabajadores de esas minas cierta vez que estos se sublevaron empezó a hacerlo notorio en el norte del Tolima como hombre valiente y a darle cierta aureola de caudillo".(5).
Charles Bergquist en su investigación nos trae a colación lo siguiente, "La carrera de Ramón Marín constituye uno de los mejores ejemplos de movilidad social que daba el servicio en el ejército liberal. Nacido en Marmato, Antioquia, de ascendencia africana, el Negro Marín trabajó antes de la guerra como capataz en las minas de oro del norte del Tolima, donde gano cierto prestigio al sofocar una revuelta de trabajadores, y donde posteriormente adquirió una mina propia".(6).
Dickey, citado por Deas, escribe. "El Negro Marín había trabajado antes de la guerra como strawboss capataz de cuadrilla, en las minas de Frías, y tiene buenos recuerdos de sus jefes ingleses". (7).
Su incursión en las guerrillas liberales
A raíz de las vicisitudes y confrontaciones entre liberales y conservadores por el poder, registra a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, la llamada Guerra de los Mil Días, todo por "La negativa del Senado a aprobar la ley de elecciones que los liberales uribistas consideraban garantía indispensable para la pureza del sufragio. A partir de esa negativa los liberales de Uribe Uribe llegaron a la conclusión de que por el camino de las urnas jamás tendrían acceso al poder. Desde ese momento los liberales se dividieron en pacifistas o directoristas, orientados por Parra; y los guerreristas, de Uribe Uribe" .(8).
Jhon Gillies, vicecónsul de Gran Bretaña, citado por Thomas Fischer, relata. "Un fiel empleado durante muchos años de una compañía minera inglesa se vio arrastrado por incomodidades de la guerra, a tomar las armas, y se convirtió en el jefe de unos cuantos miles de hombres. Con esta fuerza desplegó una maravillosa habilidad a lo largo de la campaña, arrebatando armas y munición en suficientes cantidades como para satisfacer sus demandas al respecto, y lo que hay que reconocerle, ha mostrado gallardía con los vencidos, un rasgo raramente visible en este conflicto que se ha desarrollado de una manera inmisericorde y bárbara". (9).
El Negro Marín en la guerrilla
Sus incursiones en las guerrillas las describe Sánchez en "Memorias de un país en guerra" "Por eso, no es de extrañar que, desde la derrota liberal en Santander, la mayoría de las acciones de la guerra de los tres años sean producto de la actividad guerrillera en el centro del país, especialmente en el valle del Magdalena, desde Honda hasta Neiva"(10).
"De entre estas área se destacan los llanos de Ambalema y la región quebrada del occidente de Cundinamarca como escenario naturales de la acción guerrillera. Ambalema era considerada como una "bandera roja levantada a orillas del Magdalena, semillero de aguerridos combatientes y de fervientes luchadoras", centro de operaciones y lugar de reposo del célebre guerrillero, el "Negro Ramón Marín".(11)
"Entretanto las guerrillas del Tolima y Cundinamarca habían unido fuerzas y en audaces jornadas llegaron a Soacha, donde los combates se realizaron con una ferocidad desconocida. La genialidad militar del general Marín, jefe de la guerrilla del Tolima, conocido como el negro Marín, puso en jaque a los cuatro mil hombres que defendían a Bogotá. Estos se replegaron para oponer resistencia en el centro de la capital. Inexplicablemente Marín y MacAllister desistieron de tomar a Bogotá, sin ser vencidos, abandonaron el sitio".(12)
Thomas Fischer afirma, "El jefe máximo de los guerrilleros en esta región fue el comandante Ramón Marín, mulato y antiguo empleado en las minas de de la compañía inglesa The Western Andes Comp. Ltd en Marmato y Frías" (13)
Secuestra a Plenipotenciario español en Honda
Enrique Santos Molano en sus crónicas sobre la guerra de los mil días trae a colación este detalle, "Las guerrillas de José Francisco Acevedo en Boyacá y de Ramón Marín en el Tolima, eran el dolor de cabeza del ejercito gubernamental, y cometían "tropelías" como la de secuestrar en Honda al Plenipotenciario español, Manuel de Guirior, a quien devolvieron mediante un rescate de cien pesos oro".(14)
Toma de Honda
Honda que siempre ha sido un baluarte de la economía, política, social y de las incursiones armadas, también sufrió el embate del Negro Marín, y así lo describe Gonzalo Paris Lozano, "Marín a quien después del afortunado asalto que diera a Honda a principios de 1900 siempre había tentado el deseo de apoderarse nuevamente de aquella ciudad, que todavía era la llave de la comunicación entre el alto y el bajo Magdalena y entre éste y la capital de la República, pidió y obtuvo el concurso de Tulio para atacar otra vez aquella plaza.
El ataque se llevó a efecto (14 de enero de 1901) y en combate de violencia excepcional, los revolucionarios llevaron la mejor parte y tomaron allí al gobierno una considerable cantidad de fusiles y municiones. Los puntos culminantes de aquella acción fueron la toma del cuartel establecido en el viejo y fuerte edificio que sirviera antaño de convento de franciscanos y que ocupó una parte del área cubierta hoy por la plaza de mercado; y el combate con dos buques armados en guerra y apostados en Arrancaplumas, el cual culminó con la toma de esos dos buques, uno de ellos fue abordado en el propio Arrancaplumas y otro que perdió amarras y gobierno bajo el fuego de los revolucionarios en los pedregales de la boca del Guali, adonde lo arrojó la violenta corriente del Salto de Honda. Fue en el combate contra tales buques donde Tulio y su gente actuaron en forma decisiva". (15).
Y hasta tiempo les dio a sus hombres para que saquearan la ciudad, como lo describe Carlos Eduardo Jaramillo en su escrito "Fin de dos guerras, principio de dos siglos". Estos estaban inducidos "al pillaje, al robo, al secuestro, al incendio, al saqueo y a la imposición arbitraria de sanciones económicas. Cuando el Ramón Marín (El Negro Marín) se tomó por última vez el puerto de Honda, les dio a sus tropas dos horas para que saquearan a la ciudad". (16)
Extranjeros mediando para su amnistía
Thomas Fischer, trae un interesante subcapítulo sobre la mediación internacional en el caso del Negro Marín, quien cansado ya de combatir, quería dejar todo para retornar a su vida normal, así describe Fischer dicha situación, "Cuando el legendario "Negro Marín concentró en las cercanías de Honda alrededor de 2000 soldados, Gillies, así como el representante Francés, Paul Richuox, ofrecieron a Marroquín sus buenos oficios como mediadores. Con este fin se reunieron el 3 de abril de 1902 en la casa de John Russel, el director de la minas de Frías, Gillies, Richuox, el comerciante ingles John Owen, por una parte, y Marín, su secretario Virgilio Leiva y otros liberales por otra. El gobierno en Bogotá había enviado como delegado a su subsecretario de Guerra, quién según el informe de Gillies, no se encontraba. Los rebeldes dieron a entender en esta reunión que ya estaban cansados de la guerra. No obstante, pidieron el apoyo extranjero a la hora de rendir sus armas, ya que las concesiones verbales del gobierno no les inspiraban demasiada confianza. Además y como condición previa para entrar en negociaciones de paz, pidieron se reconocidos como beligerantes, ya que no querían se tratados como "cuadrillas de malhechores". A esto se sumó que no querían rendirse antes de consultar al Directorio del Partido Liberal.
Sin embargo el gobierno no cooperó en la búsqueda de un acuerdo para finalizar la guerra, ya que abusó del armisticio unilateral, declarado por parte de los guerrilleros, para y transportar una gran cantidad de municiones de Honda a Bogotá. Marín había puestos sus ojos desde hacía tiempo en este convoy gubernamental.
Aunque, por el momento, la reconciliación no fue alcanzada, estos contactos informales facilitaron el acercamiento de los partidos armados; Marín y sus tropas se rindieron a finales de septiembre, cuando ya no vieron posibilidad alguna de alzarse con la victoria, aceptando finalmente la oferta de amnistía".(17)
Su muerte
Una persona como esta batalladora, trabajadora e incansable "en 1923 murió en la pobreza, victima de la tuberculosis, en Honda".(18) según escribe Bercquists, pero Gabriel Paris Lozano hace su vocación final, "El negro Marín, a quién el retrato en las cajetillas de cigarrillos, la canción popular y el relato exagerado, con perfiles de leyenda, de sus andanzas guerrera ayudaron a crearle un renombre que ciertamente estuvo por encima de la realidad, fue de los últimos en deponer las armas. Llevo después una vida trabajosa. El pronto olvido de lo que fue la guerra y la rápida e irremediable decadencia de los caudillos destacados en ella que carecían de dotes para actuar con eficacia en la vida civil, lo dejaron rezagado en el camino. Roído por la tuberculosis y atormentado por la pobreza, murió en Honda, el 10 de diciembre de 1923".(19).
Las calles de Honda fueron luego su refugio y aquí encontramos la tumba de este combatiente la cual resalta entre otras, y solo quedan inscritas para la historia las palabras "Los liberales de Honda le dedican este recuerdo.
*Tiberio Murcia Godoy es Licenciado en Ciencias Sociales Universidad de Caldas. Especialista en Recreación Ecológica y Social Fundación Universitaria los Libertadores.Diplomado en Cátedra Tolima, Fases I, II y III. Universidad del Tolima. Diplomado en Mejoramiento de la calidad de la educación en los procesos de enseñanza aprendizaje de las ciencias sociales en el Departamento del Tolima. Fundamentación y diseño de la investigación educativa. Universidad del Tolima Diplomado en Alta Gerencia Cultural de Cundinamarca Fundación John F. Kennedy. Diplomado en Gestión Territorial y Desarrollo Local. Universidad de Ibagué. Autor de los libros "Mitos y leyendas de la Villa de San Bartolomé de Honda e Inspección de Puerto Bogotá" y "De paseo por la Villa de San Bartolomé de Honda, patrimonio para la humanidad". "Descubriendo la Villa de San Bartolomé de Honda, cátedra local". Docente Ciencias Sociales Institución Educativa Departamental Puerto Bogotá, Guaduas, Cundinamarca. Miembro de los Centros de Memoria Guaduas y Honda. Presidente del Centro de Historia de Honda.

(1) "Culturas políticas en la región andina" "Political cultures in the Andean region" 15 a 17 de mayo de 2008. Universitát Bielefeld, Deutsche Forschugsgeinschaft . Alemania
(2). Los guerrilleros del Tolima. Gonzalo Paris Lozano. Revista de la Universidad del Tolima. V 1. No 4, 1982. Págs. 72,73.
(3) ibid. Pág. 73.
(4). Una visita al "Negro" Marín. Malcolm Deas. Del Poder y la Gramática. Mundo Editores. 1993. Pág. 310.
(5). Los guerrilleros del Tolima. Gonzalo Paris Lozano. Revista de la Universidad del Tolima. V 1. No 4, 1982. Págs. 72,73
(6). Café y conflicto en Colombia (1886-1910). La Guerra de los Mil días, sus antecedentes y consecuencias. Charles Bergquist. Banco de la República/El Ancoras Editores. Bogotá. 1999. Pág. 290.
(7). Una visita al "Negro" Marín. Malcolm Deas. Del Poder y la Gramática. Mundo Editores. 1993. Pág. 309.
(8). La Guerra de los Mil Días (I). Enrique Santos Molano. Periódico El Tiempo. No 32.150. Noviembre 17 de 2002. Pág. 2-1..
(9). De la Guerra de los Mil días a la perdida de Panamá. Thomas Fischer. Memoria en un País en Guerra. Los Mil Días 1899-1902. Planeta . 2001. Pág. 86.
(10) SÁNCHEZ Gonzalo. AGUILERA Mario y otros. Memoria de un País en Guerra. Los Mil Días 1899-1902. Editorial Planeta. Bogotá. Págs. 116 .
(11). Ibíd. Pág. 117.
(12) SANTOS Molano Enrique. Centenario/La guerra de los mil días (IV) De Palonegro al golpe, miércoles 20 de noviembre de 2002 El Tiempo. No 32.153. Pág. 1-18
(13) SÁNCHEZ Gonzalo. AGUILERA Mario y otros. Memoria de un País en Guerra. Los Mil Días 1899-1902. Editorial Planeta. Bogotá. Págs. 86.
(14) SANTOS Molano Enrique. Centenario/La guerra de los mil días (IV) De Palonegro al golpe, miércoles 20 de noviembre de 2002 El Tiempo. No 32.153. Pág. 1-18
(15) PARIS Lozano Gonzalo. Los guerrilleros del Tolima. Revista de la Universidad del Tolima. V 1. No 4, 1982. Págs. 69 y 70.
(16) SÁNCHEZ Gonzalo. AGUILERA Mario y otros. Memoria de un País en Guerra. Los Mil Días 1899-1902. Editorial Planeta. Bogotá. Pág. 373.
(17) SÁNCHEZ Gonzalo. AGUILERA Mario y otros. De la guerra de los mil días a la perdida de Panamá. Thomas Fischer. Memoria de un País en Guerra. Los Mil Días 1899-1902. Editorial Planeta. Bogotá. Pág. 86,87.
(18) BERGQUIST Charles. Café y Conflicto en Colombia (1886-1910) La Guerra de los Mil Días, sus antecedentes y consecuencias. Banco de la República/Ancora Editores. Bogotá. 1999. Pág. 290.
(19) PARIS Lozano Gonzalo. Los guerrilleros del Tolima. Revista de la Universidad del Tolima. V 1. No 4, 1982. Págs. 74,75
NOVIEMBRE 2009. MANIZALES, CALDAS

ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO Y LA "ESCUELA DEL TOLIMA" POR AUGUSTO TRUJILLO MUÑOZ


Por AUGUSTO TRUJILLO MUÑOZ (*)

Especial para EL NUEVO DÍA

Su origen

El 19 de noviembre de 1929 se reunió en Bogotá una convención nacional del liberalismo colombiano, en la cual el joven delegado Alfonso López, nacido en Honda, cuarenta y tres años atrás, propuso a su partido prepararse para la reconquista del poder. No sólo lo había perdido hacia casi cuatro décadas.
También parecía haber perdido el deseo de recuperarlo. Sus viejos dirigentes solían acomodarse a las contingencias de la hegemonía conservadora. López reclamaba acción y oposición contra un gobierno al cual acusaba de estar gestionando una "prosperidad a debe", que colapsaría más temprano que tarde.

Siete años antes, el 29 de marzo de 1922, se había reunido en Ibagué otra gran convención liberal que, bajo la orientación del general Benjamín Herrera, modernizó el programa doctrinario del liberalismo. Tesis como la de la igualdad civil de los colombianos y, por lo tanto, la de la eliminación de los fueros militares y eclesiásticos; la de una ley electoral que consagrara la representación proporcional de los partidos; la de la reforma del concordato en un sentido favorable a la independencia del poder civil; y la de la elección popular de alcaldes, se adoptaron en la reu­nión de Ibagué como necesarias para democratizar el país.

En 1922 la capital del Tolima sirvió de marco para que un grupo de jóvenes ingresara al escenario de la gestión política. La figura más destacada de este equipo fue Darío Echandía, nacido en Chaparral veinticinco años antes, una especie de filósofo antiguo cuyo ejercicio creador lo convirtió en "maestro", como terminaron llamándolo sus compatriotas, en reconocimiento a su austeridad y a su talento. La reunión de 1929 proyectó a López hacia el liderazgo nacional, al designarlo –en unión de los generales Antonio Samper Uribe y Leandro Cuberos Niño- como miembro de la Dirección Nacional Liberal.

López fue el gran inspirador de un nuevo pensamiento para el liberalismo colombiano y para el país. Echandía su gran gestor intelectual y político. Aquel fue el líder para el cambio, éste el filósofo para sustentar teóricamente las nuevas expresiones institucionales. Ambos los constructores de un sistema doctrinario tan coherente como sólo es posible en medio de una escuela de pensamiento. Por eso ésta sólo concebible con ambos. Dado su lugar de origen, tal escuela ha sido denominada por los actuales estudiosos de su legado espiritual como "Escuela del Tolima".

Por lo menos dos generaciones de tolimenses que se iniciaron bajo el alero intelectual de López y de Echandía mantuvieron la identidad doctrinaria durante su tránsito por la actividad pública. Incluso quienes, en un momento dado, decidieron moverse en otros ámbitos públicos, miraron siempre con admiración y respeto a estas dos grandes figuras de la historia colombiana. Jóvenes liberales como Miguel López Pumarejo, José Joaquín Caicedo Castilla, Rafael Parga Cortés, José María Barrios Trujillo, Eduardo Guzmán Esponda, Gonzalo París Lozano, Alejandro Bernate Castro, se incorporaron paulatinamente al llamado de López, que se cumplió entre 1929 y 1934.

Hubo también respuesta de conocidas familias tolimenses: Los Lozano y Lozano, los Rocha Alvira, los Camacho Angarita, Los Bonilla Gutiérrez, los Peláez Trujillo, los Melendro Serna, los Torres Barreto, hallaron en la convocatoria de López el pretexto que necesitaban para incorporarse a la empresa de modernizar el país. Todos los mencionados hicieron posible que, durante los años treinta, el Tolima viviera el más dinámico proceso de debate intelectual, agitación política y eclosión periodística. La "Escuela del Tolima" encontró ambiente propicio en las gentes de su departamento.

Todavía sobre los años setenta, el triunvirato compuesto por Alfonso Palacio Rudas, Rafael Caicedo Espinosa y Alfonso Jaramillo Salazar seguía dando testimonio de aquel mensaje doctrinario, que también suscribieron otros dirigentes y pensadores liberales como Felipe Salazar Santos, Eduardo Santa, Saúl Pineda, Guillermo González Charry y, más acá en el tiempo, Alfonso Reyes Echandía, Jaime Vidal Perdomo, Fabio Lozano Simonelli…en fin, un listado de hijos del Tolima que, incluso en la actualidad, se sienten discípulos y continuadores de la "Escuela del Tolima".

Su proyección histórica

El eje fundamental de la Escuela, desde el punto de vista de la edad de sus miembros, se corresponde con la llamada generación de Los Nuevos. Aparte de López que pertenecía a la generación del Centenario, los demás, incluyendo a Echandía, nacieron entre 1895 y 1905. Son ellos Carlos Lozano y Lozano, José Joaquín Caicedo Castilla, Antonio Rocha Alvira, Rafael Parga Cortés, Alberto Camacho Angarita y Carlos Peláez Trujillo. Estos ocho tolimenses –protagonistas centrales de la República Liberal y, en particular, del gobierno de "la revolución en marcha"- conforman el núcleo de la "Escuela del Tolima".

Pero ninguno de los nombres hasta ahora mencionados apareció por generación espontánea. Frente al llamado de López, frente a la transparencia de Echandía, frente al ejemplo de Parga y, apelando a los materiales de su propio contexto, se sintonizaron con las nuevas corrientes del pensamiento universal y diseñaron una nueva concepción del Estado y del derecho en Colombia: las libertades civiles, las garantías sociales, la función social de la propiedad, el derecho de huelga, la separación de la iglesia y el Estado, la libertad de enseñanza, fueron los principios que informaron el nuevo diseño institucional del Estado.

De seguro, no fue su propósito conformar ninguna escuela de pensamiento. De hecho no convocaban reuniones, ni levantaban actas, ni siquiera se sentían miembros de escuela alguna. Pero su militancia común en un liberalismo deseoso de abrevar en nuevas fuentes y la apertura hacia la sintonía con los nuevos sonidos mundiales, les despertó la preocupación doctrinaria y el propósito común por modificar el rostro del país. Eso es una escuela de pensamiento en el más riguroso sentido del concepto.

El momento cenital de la "Escuela del Tolima" coincide con la elección de Alfonso López como presidente de la República en 1934. En el mismo año el maestro Echandía es designado presidente de la Dirección Nacional Liberal, desde la cual promueve un debate, en todo el país, sobre la necesidad de modificar la constitución y la conveniencia de hacerlo a través del congreso o de una asamblea constituyente. López prefiere la primera opción pero da carácter constituyente al congreso y nombra a Echandía ministro de Gobierno para que se encargue de orientar las reformas.

Como es apenas natural, hubo otras figuras cimeras en la República Liberal –y en el gobierno de la revolución en marcha- que formaron parte del grupo más próximo al presidente López. Fueron ellos Alberto Lleras, Jorge Soto del Corral, Jorge Zalamea y Alejandro Galvis Galvis. Pueden ellos ser considerados miembros de la "Escuela del Tolima" independientemente del lugar de su nacimiento. Precisamente fue Lleras quien definió al equipo más cercano a López como "un concilio de jurisconsultos, caracterizado por su falta de codicia, pero también por su devoción por la controversia y, sobre todo, por una sed inextinguible de creación"(2).

En ese equipo se formó la "Escuela del Tolima". No todos sus miembros eran hombres de leyes, pero todos eran hombres de Estado. López era, por supuesto, el visionario de las reformas políticas; Echandía, el constructor de las nuevas instituciones; Lozano el ideólogo de la tendencia social; Parga el economista del agro; Caicedo el precursor del derecho a la sindicalización; Rocha el pedagogo de la jurisprudencia; Camacho el devoto del derecho legislado; Peláez el cultor del derecho jurisprudencial; y todos a una, responsables de la articulación entre las decisiones nacionales y las bases del liberalismo tolimense.

Los hombres de leyes recibieron la herencia del positivismo jurídico, al cual respondieron de manera crítica. A la postura exegética enfrentaron el normativismo de Kelsen e incluso exploraron el ámbito de los principios. El maestro Echandía abrevó en el solidarismo de Duguit y Eduardo Zuleta Ángel en la libre interpretación científica de Geny, para abrir espacios nuevos frente a una tradición embalsamada por el formalismo jurídico. En 1935 Antonio Rocha accede a la presidencia de la Corte Suprema de Justicia e inaugura un período de hondas transformaciones en la concepción del derecho jurisprudencial.

Las sentencias de la "Corte de oro", como fue llamada después, revisan la visión del formalismo jurídico en términos que aún hoy resultarían novedosos. "La nueva sensibilidad antiformalista no se limita al trasplante de nuevos métodos de análisis de la jurisprudencia o al trasplante de la retórica modernista extraída del derecho de los juristes imquietes. Más allá de estas grandes expresiones teóricas hubo ciertamente fallos judiciales concretos que construyeron el estilo adjudicativo del antiformalismo local. Las sentencias de la Corte de Oro, en su conjunto, muestran características profundamente antiformalistas"(3).

Los hombres de Estado ingresaron a la vida pública cuando declinaba la influencia de los caudillos militares en el liberalismo, y el país transitaba hacia un escenario de civilidad. Aquellos presionaron dicho tránsito con prudencia, pero con firmeza. La hegemonía conservadora mantuvo una especie de democracia monástica que no supo resistir la irrupción desbordada de los socialismos. Allí apareció la inteligencia de Alfonso López para manejar con tino y con éxito una propuesta política transformadora, cuyo desarrollo fue capaz de romper el paradigma revolucionario de la época: La transformación se hizo a través de procedimientos jurídicos.

López inauguró el 7 de agosto de 1942 un segundo período presidencial que no tuvo el buen suceso del primero.

"Los acontecimientos políticos que rodearon el segundo gobierno de López y precipitaron su renuncia, pero especialmente, la derrota del liberalismo en las elecciones de 1946, desdibujaron, en cierta forma, la vigencia de la "Escuela del Tolima" como tal. Sus miembros se dispersaron, algunos fallecieron, otros se refugiaron en actividades particulares o en el exterior y la violencia del medio siglo fracturó el proceso histórico que se venía desarrollando"(4).

Su legado

La obra de la Escuela fue fundamentalmente jurídico-constitucional. Se basó en la construcción de instituciones políticas que, debidamente ancladas en la circunstancia concreta de su espacio, situaron al país en concordancia con el universo de su tiempo. López inspiró el liberalismo social y Echandía una nueva concepción del derecho. La reforma de 1936 se hizo a imagen y semejanza de un país que necesitaba y quería modernizarse.

Desde el punto de vista doctrinario, dos son los grandes legados doctrinarios de la "Escuela del Tolima": en primer lugar la concepción social del derecho y del Estado y en segundo término la defensa del derecho como instrumento de cambio. Aquella supuso –como lo quiso López- remover las monstruosas injusticias que venían pesando sobre el conjunto social colombiano, a base de construir instituciones. Esta –como lo formuló Echandía- conciliar el orden jurídico con la vida social, de manera que el derecho sea el mejor vehículo para hacer transformaciones sociales sin el fundamentalismo de las revoluciones, pero con la tolerancia que exige el reconocimiento democrático del otro.

Ciertamente la presencia de la "Escuela del Tolima" en la vida nacional fue corta, si se tiene en cuenta que sus conquistas fueron asordinadas e inclusive estuvieron a punto de colapsar en la década de dictaduras que el país sufrió sobre la mitad del siglo XX. Sólo Echandía mantiene el debate desde el escenario académico y Parga en el terreno político regional del Tolima. Aquel se dedica a ejercer como conciencia moral del país y éste se convierte en un símbolo vivo del liberalismo de su departamento, en el cual han aparecido nuevos protagonistas políticos.

En la medida en que el país va siendo víctima del avance de una cultura de los antivalores, Echandía proclama que "en política se pueden meter los pies, pero no se pueden meter las manos". El maestro muere en Ibagué el 8 de mayo de 1989, después de una larga dolencia, pero mientras gozó de salud fue nunca guardó silencio cuando fue necesario emitir un juicio para reprochar la degradación de los hábitos públicos. Por eso, otro gran legado de la "Escuela del Tolima" es el legado ético.

En 1987 un grupo de tolimenses, en carta abierta al país, formuló la idea de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, como mecanismo excepcional para buscar remedios excepcionales a las agudas dolencias de un país que, agobiado por múltiples violencias, se consumía en la cultura de los antivalores. Aquella propuesta está enmarcada también en las enseñanzas de la "Escuela del Tolima". Su texto original reposa en los archivos de la Cámara de Comercio de Ibagué y da testimonio de una constante histórica en la vida del Tolima: su contribución al desarrollo de las instituciones jurídico-constitucionales.

La "Escuela del Tolima" convirtió a sus miembros en protagonistas del pensamiento socialdemócrata en Colombia. El maestro Echandía fue también el primer colombiano que –desde la Comisión paritaria de reajuste institucional en 1957, y luego desde la llamada Comisión Echandía en 1975- propuso la creación de una Corte Constitucional, encargada de ejercer el control constitucional de las leyes. Eso lo convierte, sin duda, en un hombre del siglo XXI. Pero además la concepción que integra estado social de derecho con economía social de mercado, en cuya base descansa la nueva concepción de la democracia, está consignada en la constitución de 1936, como otro de sus logros.

Cuando hoy hablan los juristas de que el derecho es argumentación, es preciso recordar la "Escuela del Tolima". El talento jurídico de sus miembros y la fortaleza doctrinaria de sus convicciones, hizo posible la construcción de un nuevo país y de una nueva cultura. De alguna manera los colombianos viven todavía de la grandeza de aquella obra institucional que permitió de consolidar, en el país, un espíritu republicano. La "Escuela del Tolima" demostró que es posible crear nuevas reglas colectivas de juego, utilizando exclusivamente los procedimientos elaborados en medio del derecho. Y la democracia contemporánea es muchas cosas, pero también es procedimiento.

(*) Profesor de derecho constitucional, de argumentación jurídica y de derecho territorial en distintas universidades colombianas, es autor de varios libros de derecho público y de historia política. Ha sido concejal de Ibagué, dirigente gremial en el Tolima, conjuez del Consejo de Estado y Senador de la República. En 1987 escribió el documento por medio del cual el sector privado del Tolima propuso al país la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, antes de que cualquier otro colombiano ventilara el tema. La propuesta fue publicada por la prensa nacional el 6 de febrero del mismo año.

1 Según los diccionarios, "Escuela" es la denominación convencional con la que se conoce a un grupo de estudiosos vinculados entre sí por principios y propósitos comunes. En la antigüedad existió, por ejemplo, la "Escuela de Alejandría" cuyos miembros eran judíos de la diáspora, influidos por la cultura griega, que se esforzaron en sintetizar los pensamientos judaico y helénico. En los albores de la modernidad se conoció la "Escuela Española de Jurisprudencia" que, partiendo del pensamiento cristiano y del derecho natural, se interesó en desvirtuar la teoría del derecho divino de los reyes. El siglo xx vio nacer la "Escuela de Frankfurt", comprometida en el desarrollo de una reflexión global sobre el proceso de consolidación de la sociedad capitalista burguesa, cuyos análisis indujeron a sus discípulos a formular revisiones al marxismo.

2 Debo mencionar otras tres figuras de la República Liberal, con más identidades que diferencias con relación a las tesis del presidente López. Fueron ellos Gabriel Turbay, Jorge Eliecer Gaitán y Carlos Lleras Restrepo. Representantes, ministros, senadores, fungieron incluso como presidenciables durante aquel período histórico. Sin embargo, no formaron parte del equipo más próximo al gobierno de la "revolución en marcha". Turbay fue ministro de Olaya y de Santos, Lleras de Santos y de López, Gaitán de Santos y de Echandía, pero, en todo, caso su mayor o menor grado de autonomía frente a las políticas de López impide mencionarlos dentro del "concilio" que conformó el núcleo de la "Escuela del Tolima". Los dos primeros desaparecieron tempranamente de la escena y el último sólo alcanzó la jefatura del Estado en 1966, dentro de la vigencia del sistema bipartidario del Frente Nacional.

3 López Medina, Diego Eduardo. "Teoría impura del derecho", Universidad de los Andes, Legis, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá 2004, p. 319.4 Trujillo Muñoz, Augusto. "De la Escuela Republicana a la Escuela del Tolima", Academia Colombiana de Jurisprudencia, Bogotá 2007, p. 192.

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sábado, 21 de noviembre de 2009

SEGUNDO DIA DEL PRIMER ENCUENTRO REGIONAL TOLIMA, HUILA Y CAQUETA

Momento cuando el presidente de la Academia huilense, hace entrega de importante material historiografico de la historia del Huila, a la Academia de Historia del Tolima, en la mesa principal el Secretario de Cultural del Tolima, Dr. Salvarrieta, Armando Gutierrez, Delirio Moreno y el Dr. Camilo Francisco Salas Ortiz, presidente de la Academia de historia del Huila.
En la mesa principal, Dr. Hernando Hernández, Dr, Augusto Trujillo Muñoz, Dr, Francisco Taborda y Camilo Perez. Antes del lanzamiento del libro sobre la vida y obra del Dr, Alfonso López Pumarejo.
Dr. Hernando Hernández, Dr. Augusto Trujillo Muñoz, Dr. Francisco Taborda, Dra. Yolanda Jaramillo Gaviria, presidente de la Academía de Historia del Tolima.
Presentación de los autores del libro a cargo del Dr. Francisco Taborda.
Presentación del libro a cargo de su coautor Dr. Hernando Hernández.
Presentación delcoautor del libro, Dr. Augusto Trujillo Muñoz.
Almuerzo de despedida en el Circulo de Ibagué. Arnoldo Vasquez, Tiberio Murcia, Delirio Moreno, Jorge Quintero Arango.
Dr. Hernan Clavijo Ocampo, Dr, Delirio Moreno y Dr. Augusto Trujillo Muñoz.
Tiberio Murcia Godoy, Dr. Hernan Clavijo Ocampo, Dr. Delirio Moreno, Jorge Quintero Arango y Fabian Quiceno.
Miembros del Centro de Historia Guillermo Giraldo, Arnoldo Vasquez y el presidente del Centro de Historia de Honda, Tiberio Murcia Godoy.
Dr. Augusto Trujillo Muñoz, Dr. Armando Gutierrez y Hernando Bonilla, de la Academía de Historia del Tolima.
Fotografías. Esp. Tiberio Murcia Godoy. Sábado 21 de noviembre de 2009. Circulo de Ibagué.

PRIMER ENCUENTRO REGIONAL TOLIMA, HUILA , CAQUETA. HISTORIA E IDENTIDAD EN EL CONTEXTO DE LA INDEPENDENCIA (BICENTENARIO). JUEVES 19 Y VIERNES 20/09

Estudiantes de Natagaima, con el presidente del Centro de Historia de Honda. Jueves 19.
Comitiva de la Academia de Historia del Huila.
Claudia Lara García, gestora cultural de Purificación y Tiberio Murcia Godoy, presidente del Centro de Historia de Honda.
Docente Jorge Quintero Arango miembro del Centro de Histoira de Honda y estudiante Fabian Quiceno Velasquez.
Delegación del Huila
Don Guillermo Giraldo del Centro de Historia de Mariquita y estudiantes de Honda.
Estudiantes de Murillo y Honda.
Delegados por Natagaima
Docente Jaime Rodriguez de Murillo.
Delegación de estudiantes de Murillo.
Estudiantes de Natagaima, Honda y Purificación.
Delegación de la Academía de historia del Huila. Jueves 19-
Afiche del foro en la biblioteca Dario Echandia . Viernes 20
Juiciositos los estudiantes del Socioturistico Luis Carlos Galán Sarmiento, Sindy Vega Segura, Paola Y. Briñez Perez y Fabian Quiceno Velasquez.
Tomando atenta nota las estudiantes de la Institución Educativa Alfonso Palacio Rudas, Leyda Avila Soto y Amparo Olaya Moreno
Historiadores Delimiro Moreno , Huila, Pedro Bernardino Sosa Rubio y Hernando Bonilla Tolima
Invitados y estudiantes en el evento.
Disertación del Maestro Armando Moreno.
Rueda de preguntas y respuestas con los autores de las ponencias.
Ponentes respondiento al publico asistente.
Dr. Hernando Clavijo, Esp. Jorge Quintero Arango, Dra. María Yolanda Jaramillo Gaviria, presidente de la Academia de Historia del Tolima, Fabian Quiceno y Syndi Vega Segura
Historiador Felix Martinez, Dr. Camilo Francisco Salas Ortiz, presidente de la Academia de Historia del Huila, Dr. Hernando Clavijo, Estudiantes Leydi Avila Soto, Esp. Jorge Quintero Arango. Dra, María Yolanda Jaramillo Gaviria, presidente Academia de Historia del Tolima, estudiantes Fabian Quiceno, Angie Olaya Moreno y Syndi Vega Segura. Viernes 20
FOTOGRAFIA: Esp. Tiberio Murcia Godoy. Jueves 19 y Viernes 20 de noviembre de 2009 Biblioteca Dario Echandia, Ibagué.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Historia e identidad en el contexto de la Independencia


Fomentar y difundir la investigación, en relación con la conmemoración de la Independencia, es el objetivo del foro "Historia, historiografía e identidad del Alto Magdalena en la perspectiva de la Independencia", organizado por la Academia de Historia del Tolima en asocio con el gobierno departamental y la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad del Tolima.
En este encuentro con la historia regional, a desarrollarse entre hoy y mañana, estarán como invitados especiales la Academia de Historia del Caquetá y la Universidad del Amazonia – sede Florencia, la Academia de Historia del Huila y la Universidad Surcolombiana; así como delegados de la Academia Colombiana de Historia, del Comité del Bicentenario y los Miembros de los Centros de Historia de Honda, Mariquita, Natagaima y Ambalema, además estudiantes de décimo grado de varias instituciones educativas de Ibagué y el departamento.
De acuerdo con sus organizadores el Foro nos permite reflexionar sobre la posibilidad de una historia que busque la comprensión, a través del análisis e interpretación de los hechos, con base en el conocimiento de sus causas, consecuencias y tendencias históricas; una historia de correlación en la unidad del devenir, que comprende el presente y lo explique en su integración con el pasado, y en sus tendencias relativas hacia el futuro.Este encuentro de las regiones Tolima – Huila – Caquetá, propicia la discusión grupal sobre problemas históricos y regionales, a partir de las diferentes ponencias, que les reseñaremos a continuación.Lanzamiento del libro Alfonso López Alfonso López Pumarejo, el libro que la Universidad de Ibagué lanzará mañana, recoge escritos y discursos del ex presidente de la República, al igual que apartes de su vida política y en el ejercicio, en dos oportunidades, como primer mandatario del país.
La obra fue escrita por los doctores Francisco Taborda Ocampo, Hernando Hernández Quintero y Augusto Trujillo Muñoz y su presentación se realizará a las 10:30 de la mañana, en el centro de convenciones Alfonso López Pumarejo, sala Tolima 7 Días, como cierre del encuentro regional.
Este es un homenaje que le rinde la institución de educación superior al ex presidente de la República, al cumplirse, hoy, 20 de noviembre, 50 años de su fallecimiento. Ello se enmarca en la actividad que la Institución adelanta desde 1997 con el programa Tolimenses por los Valores y con la Cátedra Darío Echandía que busca recuperar para el Tolima y Colombia, la vida de valiosos ciudadanos tolimense. A la presentación del libro se une la Academia de Historia del Tolima cuyo interés está enmarcado en las mismas aspiraciones.Además de la presentación del texto, se dictará una conferencia sobre la vida y obra del ex presidente Alfonso López, orientada por Augusto Trujillo Muñoz, ex senador de la República, autor de numerosos libros y miembro de la Academia de Historia del Tolima.
Programación 20 de noviembre.
Estas actividades se desarrollarán en el auditorio de la biblioteca Darío Echandía.
8:30 a.m. Inauguración del foro.
9:30 a.m. "Ecosistemas estratégicos, paisajes, identidad huilense en los himnos municipales", a cargo de Alfredo Olaya Amaya.
10:00 a.m. "Apropiación y fronteras en el Caquetá", por María Eugenia González.
11:00 a.m. "Notas para la historia y la historiografía de la región del Alto Magdalena", por Luis Eduardo Cortés.
11:30 a.m. "Las mujeres de tierra caliente en la segunda mitad del siglo XIX", con Félix Martínez.
2:30 p.m. "Hacendados, negociantes y comerciantes de Neiva a finales del siglo XVIII", por Alexánder Quintero.
3:00 p.m. "Palimpsesto sociocultural de una microrregión histórica. El caso del Tolima", Armando Moreno.
3:30 p.m. "Subjetividad y colonización en la década de 1920 en el Caquetá".
4:30 p.m. "Poder, política e ilustración en la provincia de Mariquita: el caso de Ignacio Nicolás de Buenaventura", por Hernán Clavijo Ocampo.
6:00 p.m. Mesa redonda.
Sábado 21 de noviembre.Panel sobre fuentes y estudios históricos en el Tolima Grande, en el centro de convenciones Alfonso López Pumarejo.
8:30 a.m. Video, Academia de Historia del Huila.
9:00 a.m. "Una utopía para la identidad tolimense en el tercer milenio".
9:30 a.m. Conclusiones y perspectivas de trabajo.

viernes, 13 de noviembre de 2009

EL MAESTRO FERNANDO GONZÁLEZ MORA, INVESTIGADOR DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA NOS ESCRIBE

Estimado Sr.
D. Tiberio Murcia Godoy
Presidente
Centro de Historia de Honda
Estimado Sr.
Me complace recibir su correo enviándome para lectura el escrito acerca de la historia del Centro Cultural Alfonso Palacio Rudas. Me alegra saber que se está recuperando la historia de de las edificaciones que ocuparon ese importante solar contiguo al curso del Gualí en la traza urbana de la villa.
Observé que consultó el trabajo mío que se encuentra en la revista Procesos Históricos, donde trato el edificio jesuítico y los planos de la mapoteca del AGN de Bogotá.
De igual manera la consulta de mi publicación sobre las Reales fábricas de aguardiente de caña, que prontamente le haré llegar para la Biblioteca del Centro de Historia de Honda, y la comunidad de la villa. Tengo un trabajo más extenso –no publicado aún sobre los edificios jesuíticos en Honda ( con fuentes documentales del AGN) por ser mi línea de investigación en la Universidad Javeriana el estudio del “Patrimonio Construido de la Compañía de Jesús en Colombia”. Este trabajo se detiene en el terremoto de Honda de 1805, cuando el antiguo templo jesuítico estaba utilizándose como destilería por la Real Hacienda.
Aprovecho para informarle que por el fuerte terremoto de 1805 que destruyó gran parte de la villa como Ud. bien sabe, las autoridades reales piden evaluación a peritos sobre el estado del edificio con la intención de hacer reparos y continuar con la destilación de aguardientes. El informe es desalentador: los paredones maltratados, techos caídos, muchas grietas, daños estructurales y costosa reparación que hicieron abandonar la idea de las mejoras materiales. Por lo tanto deciden NO acometer obras para recuperar el edificio determinando que la fábrica de aguardientes de Neiva supliera la demanda del licor en la jurisdicción de la fábrica de Honda. Respecto los túneles le informo que la destilería de Honda tuvo la denominada NORIA, ingenio mecánico que servía para subir el agua de un pozo a niveles superiores (utilizado por los árabes para cultivos) y en otras industrias como las destilerías. La noria exige el pozo profundo con agua y es de gran tamaño. En la fábrica de Honda se decidió no recuperar la noria, por lo que el pozo quedó para la historia. Otras fábricas del Nuevo Reino tuvieron noria, como en Santa Marta (esta fábrica la rodea historias de túneles inexplorados también), Socorro, etc.
Además, le comento que cuando se estudia la historia de los jesuitas en Colombia y sobre todo de sus edificios, se encuentra uno abundantes leyendas o relatos, en mucho producto de la imaginación acerca de túneles o entierros con sus supuestos tesoros como en las haciendas de los llanos, el colegio de Tunja, los túneles de Honda que se comunicaban con Mariquita y las minas de Santa Ana, etc. Por esto recomiendo prudencia y estar documentado para tales afirmaciones.
Espero estos comentarios le sirvan a su propósito.
Me gustaron las fotos de el edificio que Ud. adjunta. Yo tengo unas fotos al parecer de unos cuantos años donde aparecen los paredones de piedra y no hay techos gentilmente dados por la investigadora Ángela Guzmán, amiga mía.
Espero en próxima visita a Honda, de pronto en compañía del profesor Germán Ferro, conocerlo y conversar acerca de la historia de la bonita villa de San Bartolomé de Honda
Cordial saludo,
FELIPE GONZÁLEZ MORA
Instituto Carlos Arbeláez Camacho
Facultad de Arquitectura y Diseño
Pontificia Universidad Javeriana

miércoles, 4 de noviembre de 2009

LOS SÍMBOLOS DE LA VILLA DE SAN BARTOLOMÉ DE HONDA

Por existir cierta confusión, hasta de las entidades encargadas de hacer cumplir las normas y los símbolos de nuestra ciudad. He insertado en el blog del Centro de Historia de Honda, un aparte del capitulo sobre los Símbolos de Honda de mi libro en preparación "Honda, Histórica y Cultural", para así contribuir a develar los verdaderos símbolos de la Villa de San Bartolomé de Honda, y no continuar en la confusión existente.
Cordialmente,
Tiberio Murcia Godoy
Presidente
Centro de Historia Honda
centrodehistoriahonda@gmail.com
.
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8.2. El Escudo de Armas de la Villa de Honda fue aprobado mediante Resolución No 04 del 13 de marzo de 1.942, lleva la firma de José Buendía V presidente, y Enrique García A. Secretario del Honorable Concejo Municipal.

8.2.1. Características, una Águila negra bicéfala, una corona y espada de color oro, un puente de mampostería color gris ( color piedra), agua azul. El fondo rojo pálido, en la parte superior la leyenda, “Escudo de Armas de la villa de Honda”.


8.3: La Bandera aprobada mediante Acuerdo No 023 Bis en agosto 10 de 1.960 lleva la firma de Armando Polanco presidente de Concejo municipal y sancionado el Acuerdo por Leopoldo Torrente Guerra alcalde municipal.

8.3.1, Características, la bandera lleva los colores blanco y rojo en dos fajas horizontales, ocupando la parte superior la blanca y la inferior la roja. Los colores adoptados en la bandera simbolizan la paz y grandeza con el blanco y la libertad con el rojo, sintetizando el siguiente lema “La paz alcanzada con base en la libertad “. La bandera llevara en el centro, el escudo de armas.




“ En confluencia de dos grandes ríos
Magdalena y sonoro Guali
Honda lanza triunfal desafío
De Ciudad soñadora y gentil.

Por sus puentes hermosos y alegres
Paseando se ven a granel
Elegantes y bellas mujeres
Que contemplan su airoso vaivén.

Es la cuna de hombres ilustres
Oradores y gentes de bien
Y valientes que dieron a la urbe
De la paz el sublime placer.

Oh ciudad del Tolima que ostentas
La grandeza del pueblo español
Tus faroles, tus calles estrechas
Y rejas evocan romances de amor.

Por tus aguas tranquilas surcaron
Otros tiempos navíos mil y mil
Y en tu salto por fin encontraron
El augurio de un gran porvenir.

En tu cuarto feliz centenario
Hondanos un himno debemos cantar
Y crear en tu honor un santuario
Oh hermosa ciudad de la Paz. “
8.4: El Himno escogido por una junta denominada del IV centenario, letra de Isabel
Buenaventura y música de Oscar Buenaventura Buenaventura, aprobado mediante Acuerdo No 026 de octubre 25 de 1.960, este Acuerdo fue derogado, y el Himno fue luego una vez mas aprobado con las mismas características del de 1.960 mediante Acuerdo No 031 del 20 de junio de 1.995 lleva la firma de Luis Hernán naranjo Saavedra presidente del Concejo y sancionado por el alcalde José Alonso Montero Ortiz.
Bibliografia:
Escudo, Resolucción No 04 del 13 de marzo de 1942. Honorable Concejo Municipal.
Bandera. Acuerdo No 023 Bis de agosto 10 de 1960. Honorable Concejo Municipal. Sancionado por el Alcalde Municipal Leopoldo Torrente.
Himno, Acuerdo No 026 de octubre 25 de 1960. Honorable Concejo Municipal (Derogado) y aprobado una vez más, con las mismas características por Acuerdo No 031, Honorable Concejo Municipal, Sancionado por el Alcalde Hernan Naranjo
MURCIA Godoy Tiberio. Símbolos de Honda. Serie fotocopiada. Descubriendo la Villa de San Bartolomé de Honda. Año I. No 001. Cátedra Local 2002.