En la actualidad en Honda no se celebra como en años anteriores las fiestas de San Pedro y San Juan, las cuales fueron fastuosas, según nos narran nuestros ancestros, y esto debe o puede ser por que antes el país era católico, y hoy en día es laico , ademas pululan las iglesias cristianas protestantes, que prohiben a sus fieles participar en fiestas de la religion catolica.
De ahí que traemos a colación el testimonio del escritor hondano José Maria Samper Agudelo, que en su libro "Historia de un Alma (1881)" narra como eran dichas fiestas en el siglo XIX en la ciudad de Honda.
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Fiestas de San Juan en Honda
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“Llego la fiesta de San
Juan, San Eloy, San Pedro y San Pablo,-que era asunto para diversión y locura
popular del 24 al 30 de junio, - y los hijos de Honda sacaban a lucir ( si no a
a deslucir algunos) todos sus caballos. Hubo gran paseo del Santo que llegó de
viaje a la ciudad por la llanura poniente, con gran equipaje de almofrejes y
petacas viejas y todo linaje de trastos portátiles y utensilios extravagantes;
amen de todo lo obligado: los anuncios
de la Magdalena y la los de San Juan, las carreras de caballos a toda hora del
día, las horcas y entierros de gallos, las grandes cabalgatas para ir a tomar
baños y refrescos, y luego, innumerables bailes más o menos borrascosos,-unos aristocráticos, al son
del violines y trompas, flautas y clarinetes, con el inevitable bombo, - y los
más, de vihuelas y bandolas, tiples y panderos.
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Como la principal
diversión consistía en correr por todas las calles en animadísimo grupos, gritando
todos: “San Juan! San Juan!” –sin perjuicio de tomar muchos tragos que
alegraban demasiado a los jinetes,-o en salir al llano a echar carreras con
apuestas, hasta dejar los caballos casa examines, no pocas veces ocurrían encuentros
terribles y lances muy peligrosos que acarreaban accidentes de consideración.
Cosa de trescientas personas andábamos corriendo a caballo por toda la ciudad, y
hacia el fin de la tarde nos precipitábamos todos por una de las empinadas cuestas (empedradas por lo
general con grandes guijarros graníticos muy lisos) que conducen del barrio del Rosario a los de abajo.
En medio del inmenso grupo de jinetes enloquecidos resbalo en la mitad de la cuesta
el caballo que montaba mi padre, yéndose de bruces”..
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SAMPER Águdelo José
María. (1881). Historia de una Alma. Imprenta de Zalamea Hermanos. Bogotá.Paginas.35 y36
..Las ilustraciones que acompañan el articulo no son de Honda,ni delautor.Ilustran solamente el articulo.
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